Castillo de Mazuelo de Muñó
Castillo de Mazuelo de Muñó
A las afueras de la localidad de Mazuelo de Muñó y sobre un pequeño promontorio se alza el castillo de Mazuelo de Muñó, uno de los mejor conservados de la provincia.
La fortaleza consta de una torre cuadrada rodeada de una barbacana en tres de sus lados. La torre de grandes dimensiones tiene cuatro pisos y está coronada por triple hilera de ménsulas de piedra que soportan su matacán almenado.
El 13 de junio de 1991 fue declarado Bien de Interés Cultural en la categoría de monumento.
En sus lienzos se abren distintos tipos de vanos, destacando entre ellos las ventanas ajimezadas. Por lo que respecta a la barbacana es una obra posterior de mediados del siglo XVI con un aire totalmente renacentista. El lado norte cuenta con dos cubos huecos en sus esquinas que protegen la entrada a un patio interior por el que se accede a la torre.
Parece que su construcción se llevó a cabo a finales del siglo XIV o comienzos del XV. El castillo perteneció a la familia de los Carrillo, quienes en 1466 se lo vendieron a los Rojas, que a su vez lo traspasaron en 1546 al chantre Andrés Ortega Cerezo.
Fue restaurado hace pocos años y en la actualidad se utiliza como vivienda por su actual propietario.
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Castillo de Mazuelo de Muñó
A las afueras de la localidad de Mazuelo de Muñó y sobre un pequeño promontorio se alza el castillo de Mazuelo de Muñó, uno de los mejor conservados de la provincia.
La fortaleza consta de una torre cuadrada rodeada de una barbacana en tres de sus lados. La torre de grandes dimensiones tiene cuatro pisos y está coronada por triple hilera de ménsulas de piedra que soportan su matacán almenado.
El 13 de junio de 1991 fue declarado Bien de Interés Cultural en la categoría de monumento.
En sus lienzos se abren distintos tipos de vanos, destacando entre ellos las ventanas ajimezadas. Por lo que respecta a la barbacana es una obra posterior de mediados del siglo XVI con un aire totalmente renacentista. El lado norte cuenta con dos cubos huecos en sus esquinas que protegen la entrada a un patio interior por el que se accede a la torre.
Parece que su construcción se llevó a cabo a finales del siglo XIV o comienzos del XV. El castillo perteneció a la familia de los Carrillo, quienes en 1466 se lo vendieron a los Rojas, que a su vez lo traspasaron en 1546 al chantre Andrés Ortega Cerezo.
Fue restaurado hace pocos años y en la actualidad se utiliza como vivienda por su actual propietario.