Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Villasandino
Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Villasandino
Próxima al río Odra, en la localidad de Villasandino se levanta, hasta llegar a los 45 metros de altura, la imponente iglesia de la Asunción, popularmente llamada “de la villa”. Se trata de un notable templo de planta de salón, de la segunda mitad del siglo XVI, con tres naves cubiertas por bóvedas de crucería con terceletes sobre ocho pilares columnarios.
De estilo herreriano, la influencia de la escuela del arquitecto renacentista Rodrigo Gil de Hontañón es clara en su factura.
En su interior hay que destacar las doce tablas góticas incluidas en un retablo lateral, de estilo churrigueresco, realizadas hacia 1470 por el pintor Jorge Inglés, introductor del estilo hispanoflamenco en Castilla, con escenas de la vida de la Virgen.
En el coro existe una tabla de la Santísima Trinidad de finales del siglo XV, cuyo autor es un pintor anónimo conocido como el “Maestro de Villalonquéjar”. Completa el interesante legado artístico una insólita arqueta mudéjar de madera y marfil y una rica muestra de piezas de imaginería desde la Edad Media hasta el Barroco.
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Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Villasandino
Próxima al río Odra, en la localidad de Villasandino se levanta, hasta llegar a los 45 metros de altura, la imponente iglesia de la Asunción, popularmente llamada “de la villa”. Se trata de un notable templo de planta de salón, de la segunda mitad del siglo XVI, con tres naves cubiertas por bóvedas de crucería con terceletes sobre ocho pilares columnarios.
De estilo herreriano, la influencia de la escuela del arquitecto renacentista Rodrigo Gil de Hontañón es clara en su factura.
En su interior hay que destacar las doce tablas góticas incluidas en un retablo lateral, de estilo churrigueresco, realizadas hacia 1470 por el pintor Jorge Inglés, introductor del estilo hispanoflamenco en Castilla, con escenas de la vida de la Virgen.
En el coro existe una tabla de la Santísima Trinidad de finales del siglo XV, cuyo autor es un pintor anónimo conocido como el “Maestro de Villalonquéjar”. Completa el interesante legado artístico una insólita arqueta mudéjar de madera y marfil y una rica muestra de piezas de imaginería desde la Edad Media hasta el Barroco.