La Posada Ducal
La Posada Ducal
La Posada Ducal se encuentra en la serena y tranquila plaza medieval de Peñaranda de Duero, un pueblo singular por su belleza y patrimonio que se encuentra a 18 Kilómetros de Aranda de Duero.
Con vistas al Palacio de los Zúñiga Avellaneda, la colegiata y el rollo jurisdiccional esta posada es el lugar idóneo para la vista y el descanso. Dispone de 16 habitaciones, cada una con un diseño diferente y nombre propio en homenaje a los monumentos del pueblo. En la Posada han cuidado hasta el mínimo detalle en la decoración rústica, tanto en todos los rincones de las habitaciones como en las zonas comunes.
En el restaurante se pueden degustar platos típicos como su famoso lechazo asado al estilo Salaverri, los escabechados y la fantástica morcilla de Cardeña. Al encontrarnos en plena ribera del Duero, disponen de una selección de los mejores vinos de la zona. Como especial deferencia para los huéspedes tienen la posibilidad de visitar las emblemáticas bodegas de la zona de forma gratuita.
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Más info
La planta baja muestra al visitante los aspectos más destacados de este territorio. La escultura conceptual de un quejigo preside el acceso y, es su sombra, quien muestra de un modo innovador y accesible la riqueza de este parque a través de múltiples recursos como recreaciones, dioramas y pantallas táctiles.
La planta superior pretende, de una manera más sensorial, iniciar al visitante en otros aspectos de este espacio natural. Montajes audiovisuales y modernas escenografías nos sumergen en un mar de sensaciones y emotivos tiempos pasados.
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La Posada Ducal
La Posada Ducal se encuentra en la serena y tranquila plaza medieval de Peñaranda de Duero, un pueblo singular por su belleza y patrimonio que se encuentra a 18 Kilómetros de Aranda de Duero.
Con vistas al Palacio de los Zúñiga Avellaneda, la colegiata y el rollo jurisdiccional esta posada es el lugar idóneo para la vista y el descanso. Dispone de 16 habitaciones, cada una con un diseño diferente y nombre propio en homenaje a los monumentos del pueblo. En la Posada han cuidado hasta el mínimo detalle en la decoración rústica, tanto en todos los rincones de las habitaciones como en las zonas comunes.
En el restaurante se pueden degustar platos típicos como su famoso lechazo asado al estilo Salaverri, los escabechados y la fantástica morcilla de Cardeña. Al encontrarnos en plena ribera del Duero, disponen de una selección de los mejores vinos de la zona. Como especial deferencia para los huéspedes tienen la posibilidad de visitar las emblemáticas bodegas de la zona de forma gratuita.
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La planta baja muestra al visitante los aspectos más destacados de este territorio. La escultura conceptual de un quejigo preside el acceso y, es su sombra, quien muestra de un modo innovador y accesible la riqueza de este parque a través de múltiples recursos como recreaciones, dioramas y pantallas táctiles.
La planta superior pretende, de una manera más sensorial, iniciar al visitante en otros aspectos de este espacio natural. Montajes audiovisuales y modernas escenografías nos sumergen en un mar de sensaciones y emotivos tiempos pasados.