Necrópolis de Villanueva Soportilla
Necrópolis de Villanueva Soportilla
A poco más de un kilómetro y medio al noreste de Villanueva Soportilla, sobre una amplia plataforma rocosa próxima al cauce del Ebro, se encuentra esta interesantísima necrópolis de Villanueva Soportilla o de Santa María de Tejuela.
Situada en un frondoso bosque, es una de las necrópolis altomedievales más grandes de la provincia burgalesa. Se han documentado por el momento 340 tumbas talladas en la roca viva, así como dos sarcófagos, los restos de un templo, un pequeño poblado y un edículo, quizá el elemento más interesante y a la vez desconcertante de todo el conjunto.
Las dataciones llevadas a cabo apuntan a que la zona estuvo poblada entre los siglos VIII y XII. Poco se sabe de la comunidad que habitó estas tierras, debido a que apenas quedan registros históricos sobre su paso. Las evidencias indican que se dedicaban fundamentalmente a la agricultura y la ganadería, aprovechando el roquedal para practicar sus ritos funerarios y litúrgicos.
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Necrópolis de Villanueva Soportilla
A poco más de un kilómetro y medio al noreste de Villanueva Soportilla, sobre una amplia plataforma rocosa próxima al cauce del Ebro, se encuentra esta interesantísima necrópolis de Villanueva Soportilla o de Santa María de Tejuela.
Situada en un frondoso bosque, es una de las necrópolis altomedievales más grandes de la provincia burgalesa. Se han documentado por el momento 340 tumbas talladas en la roca viva, así como dos sarcófagos, los restos de un templo, un pequeño poblado y un edículo, quizá el elemento más interesante y a la vez desconcertante de todo el conjunto.
Las dataciones llevadas a cabo apuntan a que la zona estuvo poblada entre los siglos VIII y XII. Poco se sabe de la comunidad que habitó estas tierras, debido a que apenas quedan registros históricos sobre su paso. Las evidencias indican que se dedicaban fundamentalmente a la agricultura y la ganadería, aprovechando el roquedal para practicar sus ritos funerarios y litúrgicos.
Más info
La planta baja muestra al visitante los aspectos más destacados de este territorio. La escultura conceptual de un quejigo preside el acceso y, es su sombra, quien muestra de un modo innovador y accesible la riqueza de este parque a través de múltiples recursos como recreaciones, dioramas y pantallas táctiles.
La planta superior pretende, de una manera más sensorial, iniciar al visitante en otros aspectos de este espacio natural. Montajes audiovisuales y modernas escenografías nos sumergen en un mar de sensaciones y emotivos tiempos pasados.