Pampliega
Pampliega
A orillas del río Arlanzón, la silueta de la bella localidad de Pampliega aparece presidida por la imponente iglesia de San Pedro. Antigua población celtíbera y más tarde romana. Según la tradición, aquí murió destronado el rey visigodo Wamba. La villa obtuvo fueros del rey Alfonso VII y mercado franco los sábados gracias a Alfonso X el Sabio.
La iglesia parroquial de San Pedro es del siglo XVI, con torre del siglo XVIII y portada de Gil de Hontañón. El imponente retablo mayor del siglo XVI es obra de Domingo de Amberes, al igual que el lateral dedicado a San Roque.
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La villa de Pampliega se sitúa sobre un cerro que preside la vega del río Arlanzón, en una
privilegiada posición estratégica, a los pies de un antiquísimo lugar de paso sobre el río. Aunque hasta la fecha no ha podido probarse documentalmente, se cree que la localidad tuvo una gran importancia en la antigüedad, ya que su nombre podría proceder de Pompeica, que significa fundación de Pompeyo. Sin embargo, no es ésta la única teoría que existe para justificar el topónimo de Pampliega. Lo que sí se puede afirmar con rotundidad es que por Pampliega pasaban dos importantes vías romanas: la del valle del Arlanzón y la que iba desde Clunia hasta Cantabria, cruzando el río por un puente desaparecido, situado próximo al actual.
A principios del siglo VI, los visigodos se instalaron en el lugar, que se convirtió en un
destacado núcleo político y militar. Según cuenta la tradición, Pampliega fue lugar de forzado retiro y muerte del rey visigodo Wamba, que pasó sus últimos años recluido en el monasterio de San Vicente, muriendo en el año 688. Sus restos fueron finalmente trasladados a Toledo por orden de Alfonso X el Sabio.
Tras la crisis producida por la invasión musulmana, el lugar se volvió a repoblar en el siglo IX, y ya en el 993 la población aparece citada por primera vez en el Becerro Gótico de San Pedro de Cardeña. Desde el siglo XI contó con una importante judería y en 1209 recibió un fuero del rey Alfonso VIII. Por privilegio, concedido por Alfonso X, los sábados se celebraba un mercado que atrajo una floreciente colonia de comerciantes. La ciudad de Burgos adquirió el lugar en el año 1331 a la mujer de García Fernández de Villamayor, y así la villa pasó a formar parte del señorío concejil de la capital del Arlanzón.
De la antigua muralla que rodeaba su caserío sólo se conserva el Arco de Presencio. A pesar de los cambios y transformaciones que ha vivido este lugar aún se respira en sus calles un cierto aire medieval. En el centro de la localidad se yergue la iglesia parroquial de San Pedro, obra del siglo XVI en la que intervinieron maestros como Juan de Vallejo y Martín de Ochoa, así como Domingo de Amberes, que realizó el retablo mayor y el altar de San Roque.
Las fiestas más destacadas son San Pedro Ex Cátedra, patrono del pueblo, el 22 de febrero, y San Mateo, el 21 de septiembre.
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Pampliega
A orillas del río Arlanzón, la silueta de la bella localidad de Pampliega aparece presidida por la imponente iglesia de San Pedro. Antigua población celtíbera y más tarde romana. Según la tradición, aquí murió destronado el rey visigodo Wamba. La villa obtuvo fueros del rey Alfonso VII y mercado franco los sábados gracias a Alfonso X el Sabio.
La iglesia parroquial de San Pedro es del siglo XVI, con torre del siglo XVIII y portada de Gil de Hontañón. El imponente retablo mayor del siglo XVI es obra de Domingo de Amberes, al igual que el lateral dedicado a San Roque.
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La villa de Pampliega se sitúa sobre un cerro que preside la vega del río Arlanzón, en una
privilegiada posición estratégica, a los pies de un antiquísimo lugar de paso sobre el río. Aunque hasta la fecha no ha podido probarse documentalmente, se cree que la localidad tuvo una gran importancia en la antigüedad, ya que su nombre podría proceder de Pompeica, que significa fundación de Pompeyo. Sin embargo, no es ésta la única teoría que existe para justificar el topónimo de Pampliega. Lo que sí se puede afirmar con rotundidad es que por Pampliega pasaban dos importantes vías romanas: la del valle del Arlanzón y la que iba desde Clunia hasta Cantabria, cruzando el río por un puente desaparecido, situado próximo al actual.
A principios del siglo VI, los visigodos se instalaron en el lugar, que se convirtió en un
destacado núcleo político y militar. Según cuenta la tradición, Pampliega fue lugar de forzado retiro y muerte del rey visigodo Wamba, que pasó sus últimos años recluido en el monasterio de San Vicente, muriendo en el año 688. Sus restos fueron finalmente trasladados a Toledo por orden de Alfonso X el Sabio.
Tras la crisis producida por la invasión musulmana, el lugar se volvió a repoblar en el siglo IX, y ya en el 993 la población aparece citada por primera vez en el Becerro Gótico de San Pedro de Cardeña. Desde el siglo XI contó con una importante judería y en 1209 recibió un fuero del rey Alfonso VIII. Por privilegio, concedido por Alfonso X, los sábados se celebraba un mercado que atrajo una floreciente colonia de comerciantes. La ciudad de Burgos adquirió el lugar en el año 1331 a la mujer de García Fernández de Villamayor, y así la villa pasó a formar parte del señorío concejil de la capital del Arlanzón.
De la antigua muralla que rodeaba su caserío sólo se conserva el Arco de Presencio. A pesar de los cambios y transformaciones que ha vivido este lugar aún se respira en sus calles un cierto aire medieval. En el centro de la localidad se yergue la iglesia parroquial de San Pedro, obra del siglo XVI en la que intervinieron maestros como Juan de Vallejo y Martín de Ochoa, así como Domingo de Amberes, que realizó el retablo mayor y el altar de San Roque.
Las fiestas más destacadas son San Pedro Ex Cátedra, patrono del pueblo, el 22 de febrero, y San Mateo, el 21 de septiembre.