El Carnaval de Hacinas
El Carnaval de Hacinas
En la localidad de Hacinas las celebraciones del Carnaval comienzan una semana antes de la festividad. Ese domingo, los niños del pueblo sacan “la curra”, un armazón revestido con una manta adornada con cintas de colores y grandes cuernos que simula una vaca, que ellos mismos han preparado previamente. Con ella se dedican a perseguir a la gente por diversión.
El sábado anterior al martes de carnaval comienza a aparecer la Tarasca portada por cinco mozos del pueblo, un ser mitológico con una cabeza hecha con un cráneo de burro (barandón) y un cuerpo formado por un armazón de madera de fresno cubierto con telas. Esta figura también está preparada por los mozos del pueblo aunque ya no se repone el cráneo de burro desde hace tiempo. El objetivo de la Tarasca es perseguir a los vecinos de la localidad, especialmente a aquellos que no van disfrazados. Antiguamente, la Tarasca las mozas y mujeres del pueblo debían tener especialmente cuidado de no ser atrapadas puesto que se decía que podían ser sometidas a algún trato “de confianza”.
Otros personajes curiosos que participan en el Carnaval de Hacinas son los “comarrajos” vecinos vestidos con andrajos y feas máscaras que contribuyen al caos general, arrojando harina y agua con un cubo a los vecinos no disfrazados. Éstos pueden además portar pinchos, cordeles y cencerros.
El punto álgido del carnaval se produce el domingo tras la misa mayor cuando vuelve a aparecer la Tarasca para perseguir a los feligreses, pero sin acercarse al atrio de la iglesia, que es terreno vedado para ella. Las corridas y bromas se repiten a intervalos, sábado, domingo, lunes y martes. Los mozos disfrazados, hacen además cuestación por las casas y posteriormente merienda.
La Tarasca fue una tradición introducida desde Francia por los franceses durante la Guerra de Independencia y que dejó su huella en Hacinas de forma permanente puesto que desde entonces sale cada carnaval, incluso durante los años del franquismo, excluyendo los dos años que no pudo hacerse debido a la pandemia de la COVID-19. Por este motivo, el Ayuntamiento de Hacinas reclama que se le conceda la protección de Bien de Interés Cultural (BIC).
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El Carnaval de Hacinas
En la localidad de Hacinas las celebraciones del Carnaval comienzan una semana antes de la festividad. Ese domingo, los niños del pueblo sacan “la curra”, un armazón revestido con una manta adornada con cintas de colores y grandes cuernos que simula una vaca, que ellos mismos han preparado previamente. Con ella se dedican a perseguir a la gente por diversión.
El sábado anterior al martes de carnaval comienza a aparecer la Tarasca portada por cinco mozos del pueblo, un ser mitológico con una cabeza hecha con un cráneo de burro (barandón) y un cuerpo formado por un armazón de madera de fresno cubierto con telas. Esta figura también está preparada por los mozos del pueblo aunque ya no se repone el cráneo de burro desde hace tiempo. El objetivo de la Tarasca es perseguir a los vecinos de la localidad, especialmente a aquellos que no van disfrazados. Antiguamente, la Tarasca las mozas y mujeres del pueblo debían tener especialmente cuidado de no ser atrapadas puesto que se decía que podían ser sometidas a algún trato “de confianza”.
Otros personajes curiosos que participan en el Carnaval de Hacinas son los “comarrajos” vecinos vestidos con andrajos y feas máscaras que contribuyen al caos general, arrojando harina y agua con un cubo a los vecinos no disfrazados. Éstos pueden además portar pinchos, cordeles y cencerros.
El punto álgido del carnaval se produce el domingo tras la misa mayor cuando vuelve a aparecer la Tarasca para perseguir a los feligreses, pero sin acercarse al atrio de la iglesia, que es terreno vedado para ella. Las corridas y bromas se repiten a intervalos, sábado, domingo, lunes y martes. Los mozos disfrazados, hacen además cuestación por las casas y posteriormente merienda.
La Tarasca fue una tradición introducida desde Francia por los franceses durante la Guerra de Independencia y que dejó su huella en Hacinas de forma permanente puesto que desde entonces sale cada carnaval, incluso durante los años del franquismo, excluyendo los dos años que no pudo hacerse debido a la pandemia de la COVID-19. Por este motivo, el Ayuntamiento de Hacinas reclama que se le conceda la protección de Bien de Interés Cultural (BIC).