La villa de Cerezo de Río Tirón ocupa la ladera de un elevado cerro que se alza desde la orilla del río que da nombre a la milenaria población.

 

En época prerromana, la villa autrigona de Segisamunculum, en la cual tiene su origen Cerezo, fue una importantísima ciudad.

Por su estratégica localización y su riqueza, la villa ha gozado de gran importancia a lo largo de varias épocas, gracias a lo cual hoy en día cuenta con un amplio legado histórico y artístico.

Dentro de su patrimonio, se conservan los restos de la que fue la iglesia más importante de la villa, la iglesia de San Vitores.

De la antigua Iglesia de Nuestra Señora de la Llana solo se conservan cuatro relieves que representan la Adoración de los Reyes Magos, actualmente expuestos en el Museo de Los Claustros de Nueva York y la espléndida portada del templo instalada en la actualidad en el Paseo de la Isla de Burgos.

Apenas quedan restos de lo que fue su castillo, encargado construir en el 754 para frenar el avance musulmán y de gran importancia en la Edad Media, por cuya posesión lucharon diversos reyes.

Una importante calzada romana, de la que todavía podemos encontrar algunos vestigios en Cerezo, atravesaba las villas de Virovesca y Segasamunclo (Briviesca y Cerezo). Por esta calzada denominada “De Italia in Hispanias”, que unía la ciudad de Tarraco (Tarragona) con el noroeste de la Península, se transportaba el oro de las minas ubicadas en el noroeste de Hispania (además de trigo, lana, vino y otros productos) hasta Roma.