Aguilar de Bureba
Aguilar de Bureba
Situado en la cuenca del río Oca, Aguilar de Bureba se extiende por la llanura, dispuesto en un caserío compacto e irregular que queda arropado en torno al espléndido románico de su iglesia parroquial.
Aguilar fue una villa de realengo, es decir que dependía directamente del rey.
Fue un importante productor de vino Chacolí (Txacoli), en origen de sus propios viñedos, que debían de extenderse por todo o gran parte del territorio municipal, y más tarde con uvas importadas de La Rioja. Había en el pueblo 30 cuevas (bodegas) en servicio y 2 lagares, con 71 cubas y 11 toneles, cuya cabida total era de 4.336 cántaras.
Actualmente, han desaparecido los lagares y también desaparecieron las pocas viñas que quedaban, pero se sigue elaborando vino (en menores cantidades), trayendo el mosto directamente y cuidándolo en las bodegas de siempre.
Merece especial mención su iglesia de la Asunción de Nuestra Señora, declarada Monumento Histórico-Artístico desde 1983. Joya del románico, pero con varios añadidos posteriores de diferentes estilos.
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Más info
La iglesia de Nuestra Señora de la Asunción inicialmente era de una sola nave, pero los añadidos posteriores la convirtieron en un templo de planta de cruz latina.
De sus elementos más originales destaca la decoración de los canecillos, con un ave descabezada y una cabeza con bonete cónico.
Pero lo más llamativo y valioso del templo son los relieves de los capiteles del arco triunfal. Sobre uno de ellos hay dos parejas de basiliscos cuyas colas de reptil rematan en cabezas de serpiente. Sobre el otro se suceden dos escenas. En la cara que mira al altar hay un jinete armado y, ante él, un personaje a pie, vestido con saya larga, que prepara una honda para dirigir el proyectil contra su oponente; en la otra cara, otro jinete que porta un objeto en su mano, mientras que su caballo aplasta a un personaje que yace en tierra.
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Aguilar de Bureba
Situado en la cuenca del río Oca, Aguilar de Bureba se extiende por la llanura, dispuesto en un caserío compacto e irregular que queda arropado en torno al espléndido románico de su iglesia parroquial.
Aguilar fue una villa de realengo, es decir que dependía directamente del rey.
Fue un importante productor de vino Chacolí (Txacoli), en origen de sus propios viñedos, que debían de extenderse por todo o gran parte del territorio municipal, y más tarde con uvas importadas de La Rioja. Había en el pueblo 30 cuevas (bodegas) en servicio y 2 lagares, con 71 cubas y 11 toneles, cuya cabida total era de 4.336 cántaras.
Actualmente, han desaparecido los lagares y también desaparecieron las pocas viñas que quedaban, pero se sigue elaborando vino (en menores cantidades), trayendo el mosto directamente y cuidándolo en las bodegas de siempre.
Merece especial mención su iglesia de la Asunción de Nuestra Señora, declarada Monumento Histórico-Artístico desde 1983. Joya del románico, pero con varios añadidos posteriores de diferentes estilos.
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La iglesia de Nuestra Señora de la Asunción inicialmente era de una sola nave, pero los añadidos posteriores la convirtieron en un templo de planta de cruz latina.
De sus elementos más originales destaca la decoración de los canecillos, con un ave descabezada y una cabeza con bonete cónico.
Pero lo más llamativo y valioso del templo son los relieves de los capiteles del arco triunfal. Sobre uno de ellos hay dos parejas de basiliscos cuyas colas de reptil rematan en cabezas de serpiente. Sobre el otro se suceden dos escenas. En la cara que mira al altar hay un jinete armado y, ante él, un personaje a pie, vestido con saya larga, que prepara una honda para dirigir el proyectil contra su oponente; en la otra cara, otro jinete que porta un objeto en su mano, mientras que su caballo aplasta a un personaje que yace en tierra.