Melgar de Fernamental
Melgar de Fernamental
Antigua villa medieval, posee varias mansiones señoriales y la grandiosa iglesia dedicada a La Asunción de Nuestra Señora. Por su término discurren el Pisuerga y, en paralelo, el Canal de Castilla, impresionante obra de ingeniería civil del siglo XVIII.
Antigua villa medieval, recibió fueros de Fernán Armentález en el año 950. En la población quedan antiguas mansiones señoriales adornadas con escudos blasonados. Entre ellas destaca la Casa Consistorial, la Casa del Cordón, la Casa de los Palazuelos y los soportales de San Antón. Su iglesia dedicada a La Asunción de Nuestra Señora, es un grandioso monumento del siglo XVI que posee un retablo barroco en el altar mayor con la imagen gótica de la virgen con el Niño del siglo XIII. Posee también una interesante sillería coral del siglo XVIII, una singular sacristía con preciosa cajonería barroca y el conjunto renacentista de la Adoración de los Reyes Magos.
La ermita de Zorita, a las afueras, tiene un ábside románico. En el término municipal se encuentra el Canal de Castilla en el que destaca la impresionante fábrica del acueducto de Abánades.
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Casi en el límite con la provincia de Palencia, sobre una loma que preside la orilla izquierda del río Pisuerga, se localiza la villa de Melgar de Fernamental, cercana a los 2.000 habitantes. Su economía, básicamente agrícola, se centra en la producción de cereales, y antaño también de vino, al igual que los pueblos de su entorno. Pero lo que verdaderamente singulariza y distingue el paisaje de Melgar es el protagonismo del regadío en el terrazgo (en torno al 18%). Una huerta feraz en la fértil y cuidada vega del Pisuerga.
El poblamiento de este lugar se remonta a mediados del siglo X, a iniciativa del conde castellano Fernán Armentález, personaje del que deriva el distintivo personal de su nombre.
Desde entonces hasta el momento actual, Melgar ha tenido tres etapas de particular esplendor. La primera arranca en tiempos de los Reyes Católicos y se prolonga a lo largo de todo el siglo XVI, como fácilmente puede deducirse de la intensa actividad constructiva en la villa. La segunda coincide con el reinado de Carlos III, durante el cual se creó, en 1767, la Real Fábrica de curtidos a la inglesa, fundada por el industrial y comerciante burgalés don Antonio Tomé. Su finalidad era la de disminuir las importaciones de cuero de países como Francia, Inglaterra y Rusia, por lo que estuvo bajo protección real y obtuvo numerosos privilegios concedidos por la Corona. Y la tercera etapa expansiva debemos situarla en las décadas siguientes al final de la Guerra civil de los años treinta del sigo pasado, cuando Melgar remoza su infraestructura de regadío y complementa su economía tradicional con actividades artesanales y, sobre todo, industriales de signo pujante, como lo fue la instalación de la fábrica de maquinaria agrícola Fundiciones y Talleres “Jolpa”, cuyas líneas de producción y capacidad competitiva quedaron, sin embargo, obsoletas y fueron claramente superadas a finales de los sesenta.
De todos los edificios de la villa, destaca la monumental iglesia parroquial de Santa María de la Asunción, con elementos tardogóticos y del siglo XVI, que guarda en su interior una serie de obras de gran interés. Asimismo, hay que destacar la Casa de los Palazuelos, vivienda construida a principios del XVIII que destaca por su monumental fachada y por el escudo de armas. Otra construcción interesante es la Casa Consistorial, antiguo palacio señorial diseñado en 1573 por los italianos Bagut y Carlone. En la fachada principal, unos salvajes flanquean el escudo situado en el centro. El interior se halla muy transformado. Por último, uno de los edificios más antiguos de la villa es la Casa del Cordón, vivienda solariega construida en el siglo XVI por la familia Cevallos, que fue después utilizada como hospital de peregrinos. En la arquitectura popular el adobe domina el caserío, por lo común de una sola planta o de planta y piso, con entramado y adobe en el superior.
A tres kilómetros de la villa se encuentra la ermita de Nuestra Señora de Zorita, de estilo románico, construida hacia el 1120. Cuenta con un valioso ábside semicircular, con tres ventanales muy deteriorados. El pórtico, de factura contemporánea, fue realizado en el siglo XX a imitación de los románicos.
Cruzando el río Pisuerga se accede a la obra cumbre de la ingeniería hidráulica española del siglo XVIII: el Canal de Castilla.
En cuanto a las fiestas y romerías típicas, hay que hacer referencia a la fiesta de San Sebastián, el 20 de enero, la feria de San José, el 19 de marzo, el Voto de la Villa, el 18 de mayo, la fiesta de la huerta melgareña, durante la primera semana de agosto, y las fiestas patronales de Nuestra Señora y San Roque, el 15 y 16 de agosto.
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Melgar de Fernamental
Antigua villa medieval, posee varias mansiones señoriales y la grandiosa iglesia dedicada a La Asunción de Nuestra Señora. Por su término discurren el Pisuerga y, en paralelo, el Canal de Castilla, impresionante obra de ingeniería civil del siglo XVIII.
Antigua villa medieval, recibió fueros de Fernán Armentález en el año 950. En la población quedan antiguas mansiones señoriales adornadas con escudos blasonados. Entre ellas destaca la Casa Consistorial, la Casa del Cordón, la Casa de los Palazuelos y los soportales de San Antón. Su iglesia dedicada a La Asunción de Nuestra Señora, es un grandioso monumento del siglo XVI que posee un retablo barroco en el altar mayor con la imagen gótica de la virgen con el Niño del siglo XIII. Posee también una interesante sillería coral del siglo XVIII, una singular sacristía con preciosa cajonería barroca y el conjunto renacentista de la Adoración de los Reyes Magos.
La ermita de Zorita, a las afueras, tiene un ábside románico. En el término municipal se encuentra el Canal de Castilla en el que destaca la impresionante fábrica del acueducto de Abánades.
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Casi en el límite con la provincia de Palencia, sobre una loma que preside la orilla izquierda del río Pisuerga, se localiza la villa de Melgar de Fernamental, cercana a los 2.000 habitantes. Su economía, básicamente agrícola, se centra en la producción de cereales, y antaño también de vino, al igual que los pueblos de su entorno. Pero lo que verdaderamente singulariza y distingue el paisaje de Melgar es el protagonismo del regadío en el terrazgo (en torno al 18%). Una huerta feraz en la fértil y cuidada vega del Pisuerga.
El poblamiento de este lugar se remonta a mediados del siglo X, a iniciativa del conde castellano Fernán Armentález, personaje del que deriva el distintivo personal de su nombre.
Desde entonces hasta el momento actual, Melgar ha tenido tres etapas de particular esplendor. La primera arranca en tiempos de los Reyes Católicos y se prolonga a lo largo de todo el siglo XVI, como fácilmente puede deducirse de la intensa actividad constructiva en la villa. La segunda coincide con el reinado de Carlos III, durante el cual se creó, en 1767, la Real Fábrica de curtidos a la inglesa, fundada por el industrial y comerciante burgalés don Antonio Tomé. Su finalidad era la de disminuir las importaciones de cuero de países como Francia, Inglaterra y Rusia, por lo que estuvo bajo protección real y obtuvo numerosos privilegios concedidos por la Corona. Y la tercera etapa expansiva debemos situarla en las décadas siguientes al final de la Guerra civil de los años treinta del sigo pasado, cuando Melgar remoza su infraestructura de regadío y complementa su economía tradicional con actividades artesanales y, sobre todo, industriales de signo pujante, como lo fue la instalación de la fábrica de maquinaria agrícola Fundiciones y Talleres “Jolpa”, cuyas líneas de producción y capacidad competitiva quedaron, sin embargo, obsoletas y fueron claramente superadas a finales de los sesenta.
De todos los edificios de la villa, destaca la monumental iglesia parroquial de Santa María de la Asunción, con elementos tardogóticos y del siglo XVI, que guarda en su interior una serie de obras de gran interés. Asimismo, hay que destacar la Casa de los Palazuelos, vivienda construida a principios del XVIII que destaca por su monumental fachada y por el escudo de armas. Otra construcción interesante es la Casa Consistorial, antiguo palacio señorial diseñado en 1573 por los italianos Bagut y Carlone. En la fachada principal, unos salvajes flanquean el escudo situado en el centro. El interior se halla muy transformado. Por último, uno de los edificios más antiguos de la villa es la Casa del Cordón, vivienda solariega construida en el siglo XVI por la familia Cevallos, que fue después utilizada como hospital de peregrinos. En la arquitectura popular el adobe domina el caserío, por lo común de una sola planta o de planta y piso, con entramado y adobe en el superior.
A tres kilómetros de la villa se encuentra la ermita de Nuestra Señora de Zorita, de estilo románico, construida hacia el 1120. Cuenta con un valioso ábside semicircular, con tres ventanales muy deteriorados. El pórtico, de factura contemporánea, fue realizado en el siglo XX a imitación de los románicos.
Cruzando el río Pisuerga se accede a la obra cumbre de la ingeniería hidráulica española del siglo XVIII: el Canal de Castilla.
En cuanto a las fiestas y romerías típicas, hay que hacer referencia a la fiesta de San Sebastián, el 20 de enero, la feria de San José, el 19 de marzo, el Voto de la Villa, el 18 de mayo, la fiesta de la huerta melgareña, durante la primera semana de agosto, y las fiestas patronales de Nuestra Señora y San Roque, el 15 y 16 de agosto.