Enoturismo ‘à gogo’ en la Ruta del Vino Arlanza
Enoturismo ‘à gogo’ en la Ruta del Vino Arlanza. 10 paradas para entrar en calor en otoño
En el centro de la provincia de Burgos, junto al impresionante Desfiladero de La Yecla, se extienden viñedos que llevan dando vino desde el siglo VII. Aquí, junto al claustro románico más famoso del mundo, lugar clave en la historia de la lengua castellana, te espera uno de los territorios vitivinícolas más antiguos de Europa. Buenos vinos, gastronomía impecable y un patrimonio único en medio de los paisajes más espectaculares. ¡Abrígate, que tu próxima escapada es al corazón de Burgos!
La tradición vitivinícola en tierras burgalesas de la Denominación de Origen Arlanza se remonta al siglo VII y, desde entonces, ha ido construyendo historia, patrimonio, gastronomía y cultura en torno al río que le da nombre y a las tierras que lo circundan.
Aquí, entre sabinares, viñedos, llanuras y lomas brotadas de girasoles y cereal, descansa un Burgos sorprendente en el que el viajero puede perderse en paisajes únicos que suben al siguiente nivel en otoño, y poblaciones cuyo ritmo y patrimonio hacen que merezca mucho la pena salir de la ciudad.
Ese Burgos está en pleno centro de la provincia, a unos 40 kilómetros de la capital, en un territorio que aporta inmensa belleza a la parte burgalesa de la Ruta del Vino Arlanza, que se extiende desde los Páramos del Cerrato (donde colinda con tierras palentinas), atravesando la Comarca del Arlanza hasta la Sierra de la Demanda. El paisaje aquí es como de otro planeta. El gancho perfecto para recorrer, una por una, las poblaciones que descansan en esta ruta vitivinícola. Una ruta llena de belleza, historia e hidalguía. Porque la idea es que una escapada a la Ruta del Vino Arlanza sea mucho más que una excusa para degustar algunos de los mejores vinos. Este Día Mundial del Enoturismo (10 noviembre) el plan de planes es venir a la provincia de Burgos y, entre copa y copa de vino, vivir el enoturismo ‘à gogo’.
A ocho kilómetros de la hermosa Covarrubias, está Quintanilla de las Viñas, donde se encuentra, bajo la imponente Peña de Lara, la ermita de Santa María de las Viñas; una iglesia de estilo hispanovisigodo (siglo VII), en la que se pueden apreciar bajorrelieves con racimos de uvas, vides y viñas, lo que lleva a pensar que estamos si no en la más antigua, en una de las más antiguas Rutas del Vino de Europa.
2. Covarrubias
Siguiendo el río se llega a Covarrubias, una villa en la que 
3. Santo Domingo de Silos


4. Lerma
Para completar el llamado Triángulo del Arlanza 
5. Castrillo de Solarana

6. San Pedro de Arlanza

7. Quintanilla del Agua y Villalmanzo
Llegando a Quintanilla del Agua es costumbre ver, coronando los tejados de las casas, la llamada ‘candonga’: una chimenea cónica utilizada tradicionalmente para curar la carne de la matanza. Esta pieza de arquitectura popular forma parte ya del patrimonio de la Ruta del Vino Arlanza, casi como Territorio ArTlanza; la recreación de un poblado que evoca la arquitectura tradicional de la zona, diseñado por Félix Yáñez, artista que logra transmitir el valor etnográfico de este lugar en todas sus visitas guiadas.
Para los amantes de la buena gastronomía, Villalmanzo es una estupenda parada para degustar platos tradicionales como el chumarro, el ‘vino churrillo’, la morcilla de arroz y el cordero asado en horno panadero. Aquí la riqueza se basa en la agricultura, la ganadería y el enoturismo, lo que convierte a Villalmanzo en un destino foodie por excelencia.
8. Villahoz y Mahamud


9. Pampliega

10. Santa María del Campo

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Para los amantes de la buena gastronomía, Villalmanzo es una estupenda parada para degustar platos tradicionales como el chumarro, el ‘vino churrillo’, la morcilla de arroz y el cordero asado en horno panadero. Aquí la riqueza se basa en la agricultura, la ganadería y el enoturismo, lo que convierte a Villalmanzo en un destino foodie por excelencia.
8. Villahoz y Mahamud


9. Pampliega

10. Santa María del Campo



