La Danza del Gallo del El Almiñé
El Gallo de Carnaval
La Danza del Gallo de El Almiñé, en la Merindad de Valdivielso, tiene más de cinco siglos de historia (sabemos que las danzas del gallo estaban bastante extendidas en el siglo XVI). Aunque dejó de practicarse durante unos pocos años por falta de mozos en el pueblo, la tradición fue recuperada por la Asociación Cultural Peña El Almiñé hace ya más de 40 años (en 1982).
Antiguamente esta danza se bailaba la tarde del martes de Carnaval, aunque en la actualidad, se realiza el sábado anterior al miércoles de ceniza, al haber mayor concurrencia en fin de semana.
Antaño, previamente a ese día, el domingo de carnaval, los mozos y mozas elegían a uno de ellos como Jefe de la danza. El martes de carnaval, después del rosario, el mozo elegido Jefe, empuñando en la mano derecha una espada con la empuñadura adornada con cintas de distintos colores, y sujetando con el brazo izquierdo un gallo comprado por los mozos, dirigía a los mozos y mozas, todos ellos vestidos de carnaval, acompañados por las autoridades y seguidos por los vecinos a la explanada del Carraspal, a algo más de un kilómetro. Hoy en día, son los miembros de la Peña El Almiñé quienes organizan el evento.
Llegados al Carraspal se ata al gallo a una encina y se lee una poesía, en la que se hace referencia al gallo y se pide permiso a las autoridades, antes de proceder a la danza, en la que antaño participaban solo los mozos y mozas (hoy lo hace quien lo desee). Es entonces cuando se coloca al gallo en el centro de la campa y se comienza a bailar a su alrededor al ritmo de dulzainas y tamboriles. Antiguamente, durante la danza, las mozas iban golpeando con la espada al gallo en una nota determinada, siendo la última de ellas la responsable de asestarle la estocada final, cercenándole la cabeza. Actualmente no se golpea al gallo, solo se le toca simbólicamente, y no se le sacrifica durante la danza.
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La Danza del Gallo de El Almiñé, en la Merindad de Valdivielso, tiene más de cinco siglos de historia (sabemos que las danzas del gallo estaban bastante extendidas en el siglo XVI). Aunque dejó de practicarse durante unos pocos años por falta de mozos en el pueblo, la tradición fue recuperada por la Asociación Cultural Peña El Almiñé hace ya más de 40 años (en 1982).
Antiguamente esta danza se bailaba la tarde del martes de Carnaval, aunque en la actualidad, se realiza el sábado anterior al miércoles de ceniza, al haber mayor concurrencia en fin de semana.
Antaño, previamente a ese día, el domingo de carnaval, los mozos y mozas elegían a uno de ellos como Jefe de la danza. El martes de carnaval, después del rosario, el mozo elegido Jefe, empuñando en la mano derecha una espada con la empuñadura adornada con cintas de distintos colores, y sujetando con el brazo izquierdo un gallo comprado por los mozos, dirigía a los mozos y mozas, todos ellos vestidos de carnaval, acompañados por las autoridades y seguidos por los vecinos a la explanada del Carraspal, a algo más de un kilómetro. Hoy en día, son los miembros de la Peña El Almiñé quienes organizan el evento.
Llegados al Carraspal se ata al gallo a una encina y se lee una poesía, en la que se hace referencia al gallo y se pide permiso a las autoridades, antes de proceder a la danza, en la que antaño participaban solo los mozos y mozas (hoy lo hace quien lo desee). Es entonces cuando se coloca al gallo en el centro de la campa y se comienza a bailar a su alrededor al ritmo de dulzainas y tamboriles. Antiguamente, durante la danza, las mozas iban golpeando con la espada al gallo en una nota determinada, siendo la última de ellas la responsable de asestarle la estocada final, cercenándole la cabeza. Actualmente no se golpea al gallo, solo se le toca simbólicamente, y no se le sacrifica durante la danza.