Santa María del Campo
Santa María del Campo
En la zona meridional de la histórica comarca de Muñó, entre los ríos Arlanza y Arlanzón, se sitúa la localidad de Santa María del Campo.
La localidad alcanzó su época de máximo esplendor en el siglo XVI, cuando la “pequeña ciudad”, como se la denomina en algunos documentos flamencos, fue corte temporal en el reinado de Doña Juana (la loca) durante el mes en que ésta llegó a la localidad acompañando el cadáver de su esposo Felipe el Hermoso.
Del conjunto urbano destaca la ex colegiata, Iglesia de nuestra Señora de la Asunción, construida entre los siglos XIII y XVIII, y que es una de las más ricas y de mayores dimensiones de la provincia. Destaca su torre renacentista, joya del Renacimiento español, obra de Diego de Siloé y Juan de Salas, así como su importante colección de obras de arte que incluye varias tablas de Pedro Berruguete, una importantes custodia y cruz procesional góticas, tapices flamencos del siglo XVI, un púlpito gótico mudéjar y una sillería del coro gótica flamígera de la escuela del Coro de los Padres de la Cartuja de Miraflores.
En el pasado, Santa María del Campo contó con una débil muralla de piedra, de la que actualmente sólo se conservan tres arcos: al norte, el de la Fuente que sirvió de cárcel; al oeste, el de la Costana; y al suroeste, el de la Vega o Negrillos, donde estuvo establecido el archivo de las Behetrías de Castilla.
En el siglo XVIII se sabe que existían en la villa cuatro ermitas: la de la Ascensión -ya desaparecida-, Veracruz y San Miguel que han sido restauradas y lucen un precioso artesonado y sendos Cristos góticos; y Nuestra Señora de la Toba que se quemó en 1930.
Otro monumento importante es la Casa del Cordón, antiguo palacio de los Barahona.
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Santa María del Campo
En la zona meridional de la histórica comarca de Muñó, entre los ríos Arlanza y Arlanzón, se sitúa la localidad de Santa María del Campo.
La localidad alcanzó su época de máximo esplendor en el siglo XVI, cuando la “pequeña ciudad”, como se la denomina en algunos documentos flamencos, fue corte temporal en el reinado de Doña Juana (la loca) durante el mes en que ésta llegó a la localidad acompañando el cadáver de su esposo Felipe el Hermoso.
Del conjunto urbano destaca la ex colegiata, Iglesia de nuestra Señora de la Asunción, construida entre los siglos XIII y XVIII, y que es una de las más ricas y de mayores dimensiones de la provincia. Destaca su torre renacentista, joya del Renacimiento español, obra de Diego de Siloé y Juan de Salas, así como su importante colección de obras de arte que incluye varias tablas de Pedro Berruguete, una importantes custodia y cruz procesional góticas, tapices flamencos del siglo XVI, un púlpito gótico mudéjar y una sillería del coro gótica flamígera de la escuela del Coro de los Padres de la Cartuja de Miraflores.
En el pasado, Santa María del Campo contó con una débil muralla de piedra, de la que actualmente sólo se conservan tres arcos: al norte, el de la Fuente que sirvió de cárcel; al oeste, el de la Costana; y al suroeste, el de la Vega o Negrillos, donde estuvo establecido el archivo de las Behetrías de Castilla.
En el siglo XVIII se sabe que existían en la villa cuatro ermitas: la de la Ascensión -ya desaparecida-, Veracruz y San Miguel que han sido restauradas y lucen un precioso artesonado y sendos Cristos góticos; y Nuestra Señora de la Toba que se quemó en 1930.
Otro monumento importante es la Casa del Cordón, antiguo palacio de los Barahona.
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