Castillo de Santa Marta y Fuerte de Santa Engracia
Fuerte de Santa Engracia
La relevancia del desfiladero de Pancorbo como paso estratégico entre el valle del Ebro y la meseta castellana hizo que las fortificaciones en la alto del mismo se sucedieran.
En Pancorbo, podemos encontrar restos de dos importantes fortalezas, de épocas diferentes, el castillo de Santa Marta y el Fuerte de Santa Engracia. A los restos de ambas puede accederse a través de diferentes rutas desde el pueblo. Diversas pasarelas metálicas permiten su recorrido y la cartelería informativa permite la comprensión de los restos conservados.
El castillo de Santa Marta la constituyeron una serie de estructuras defensivas, localizadas sobre el crestón que asciende en dirección E-O. En el extremo E del morro y dominando la localidad de Pancorbo. Es considerado una de las fortalezas más antiguas de Brugos, de origen pre-romano. La fortaleza tuvo un papel importante en el siglo IX en la lucha contra los musulmanes y, al encontrarse entre los reinos de Navarra y Castilla, fue disputada por ambos.
A finales del XVIII quedó en ruinas y actualmente apenas quedan de él restos, conservando muros de mampostería y un arco, además de escaleras talladas en roca.
El fuerte de Santa Engracia surgió entre 1794 y 1797, en el contexto de la revolución francesa, cuando, a raíz de haberse declarado la guerra a Francia, en 1793, se temió la invasión de las tropas revolucionarias y el Estado Mayor del Ejército Español vio necesaria la defensa de Los Obarenes. Esta fortificación se asienta sobre los restos de un posible castro, con ocupaciones de la Edad del Hierro y de época Romana Altoimperial, siendo posible también la ocupación del Bronce Medio, según los materiales arqueológicos en el mismo encontrados.
Durante la Guerra de Independencia sufrió serios desperfectos, pero en 1820 fue reparado. En 1823 fue arrasado y de nuevo, en 1835, los carlistas derribaron los últimos elementos que quedaban en pie. El fuerte es una compleja fortificación formada por varios frentes y baterías, además de caminos fortificados, aljibes, plaza general, cuerpos de guardia, cuarteles, almacenes, etc.
Las características generales que presenta el Fuerte, responden a la tipología de este tipo de estructuras defensivas de los siglos XVIII y XIX. Las plantas de los frentes y baterías que se localizan en los extremos son de estrella o apuntadas, adaptándose el resto de la obra a la orografía del cerro.
Más info
En 1808 los franceses llegaron a la Península y comenzó la Guerra de la Independencia. Cuando en 1813 el final de la guerra ya estaba próximo, los franceses partieron en retirada, manteniendo mil hombres en el fuerte de Santa Engracia para cubrirse las espaldas.
El general inglés Wellington marchó rápidamente tras ellos y al llegar a Pancorbo ordenó at
acar a los soldados refugiados en el fuerte. Esta acción se conoce con el nombre de “Sitio de Pancorbo”. Los ingleses no tardaron mucho en arruinar la fortaleza y los franceses se rindieron.
En 1820, durante el Trienio Liberal, el gobierno decidió reparar la fortaleza para que continuara sirviendo con fines militares. Pero tres años después llegaron los Cien Miel Hijos de San Luis para apoyar al monarca Fernando VII, que, al mando del duque de Angulema, arrasaron literalmente el castillo.
Muy relacionado con esta fortaleza está el telégrafo óptico, un sistema de comunicación que comenzó a utilizarse en el siglo XIX y que era mucho más rápido y eficaz que el correo ordinario. Este sistema no empleaba cables, pues se basaba en la transmisión de información alfabética y numérica codificada mediante destellos realizados con espejos a sucesivas torretas que iban comunicándose y trasmitiendo el mensaje en cadena.
Fue un importante instrumento gubernamental. Una de las líneas principales, la denominada “de Castilla”, que unía Madrid con Valladolid, Burgos, Vitoria, San Sebastián y Francia, pasaba por Pancorbo, en cuyas cercanías aún se conservan algunas de estas torretas.
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Fuerte de Santa Engracia
La relevancia del desfiladero de Pancorbo como paso estratégico entre el valle del Ebro y la meseta castellana hizo que las fortificaciones en la alto del mismo se sucedieran.
En Pancorbo, podemos encontrar restos de dos importantes fortalezas, de épocas diferentes, el castillo de Santa Marta y el Fuerte de Santa Engracia. A los restos de ambas puede accederse a través de diferentes rutas desde el pueblo. Diversas pasarelas metálicas permiten su recorrido y la cartelería informativa permite la comprensión de los restos conservados.
El castillo de Santa Marta la constituyeron una serie de estructuras defensivas, localizadas sobre el crestón que asciende en dirección E-O. En el extremo E del morro y dominando la localidad de Pancorbo. Es considerado una de las fortalezas más antiguas de Brugos, de origen pre-romano. La fortaleza tuvo un papel importante en el siglo IX en la lucha contra los musulmanes y, al encontrarse entre los reinos de Navarra y Castilla, fue disputada por ambos.
A finales del XVIII quedó en ruinas y actualmente apenas quedan de él restos, conservando muros de mampostería y un arco, además de escaleras talladas en roca.
El fuerte de Santa Engracia surgió entre 1794 y 1797, en el contexto de la revolución francesa, cuando, a raíz de haberse declarado la guerra a Francia, en 1793, se temió la invasión de las tropas revolucionarias y el Estado Mayor del Ejército Español vio necesaria la defensa de Los Obarenes. Esta fortificación se asienta sobre los restos de un posible castro, con ocupaciones de la Edad del Hierro y de época Romana Altoimperial, siendo posible también la ocupación del Bronce Medio, según los materiales arqueológicos en el mismo encontrados.
Durante la Guerra de Independencia sufrió serios desperfectos, pero en 1820 fue reparado. En 1823 fue arrasado y de nuevo, en 1835, los carlistas derribaron los últimos elementos que quedaban en pie. El fuerte es una compleja fortificación formada por varios frentes y baterías, además de caminos fortificados, aljibes, plaza general, cuerpos de guardia, cuarteles, almacenes, etc.
Las características generales que presenta el Fuerte, responden a la tipología de este tipo de estructuras defensivas de los siglos XVIII y XIX. Las plantas de los frentes y baterías que se localizan en los extremos son de estrella o apuntadas, adaptándose el resto de la obra a la orografía del cerro.
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En 1808 los franceses llegaron a la Península y comenzó la Guerra de la Independencia. Cuando en 1813 el final de la guerra ya estaba próximo, los franceses partieron en retirada, manteniendo mil hombres en el fuerte de Santa Engracia para cubrirse las espaldas.
El general inglés Wellington marchó rápidamente tras ellos y al llegar a Pancorbo ordenó at
acar a los soldados refugiados en el fuerte. Esta acción se conoce con el nombre de “Sitio de Pancorbo”. Los ingleses no tardaron mucho en arruinar la fortaleza y los franceses se rindieron.
En 1820, durante el Trienio Liberal, el gobierno decidió reparar la fortaleza para que continuara sirviendo con fines militares. Pero tres años después llegaron los Cien Miel Hijos de San Luis para apoyar al monarca Fernando VII, que, al mando del duque de Angulema, arrasaron literalmente el castillo.
Muy relacionado con esta fortaleza está el telégrafo óptico, un sistema de comunicación que comenzó a utilizarse en el siglo XIX y que era mucho más rápido y eficaz que el correo ordinario. Este sistema no empleaba cables, pues se basaba en la transmisión de información alfabética y numérica codificada mediante destellos realizados con espejos a sucesivas torretas que iban comunicándose y trasmitiendo el mensaje en cadena.
Fue un importante instrumento gubernamental. Una de las líneas principales, la denominada “de Castilla”, que unía Madrid con Valladolid, Burgos, Vitoria, San Sebastián y Francia, pasaba por Pancorbo, en cuyas cercanías aún se conservan algunas de estas torretas.