De las huellas de Castilla al clamor del Ebro
De las huellas de Castilla al clamor del Ebro.

Esta ruta atraviesa algunos de los rincones más singulares de Las Merindades, combinando historia, románico y naturaleza salvaje. Partimos desde Taranco de Mena, lugar donde, según fuentes tradicionales, aparece por primera vez el nombre “Castilla” en un documento atribuido al abad Vítulo (año 800) al fundar el Monasterio de San Emeterio. Antes de continuar, haremos parada en Villasana de Mena, con su casco urbano animado y rodeado de un espectacular paisaje de montañas.
La ruta prosigue hasta San Pantaleón de Losa, donde se alza la espectacular ermita románica de San Pantaleón, sobre un peñasco con forma de proa de barco, cuya consagración queda documentada en 1207 y que destaca por su portada, capiteles escultóricos y su ubicación panorámica. Seguiremos hacia Medina de Pomar, cuyo Alcázar de los Condestables y su casco medieval recuerdan la importancia histórica de la villa, y más adelante alcanzaremos Villarcayo, corazón administrativo de Las Merindades y punto de encuentro ideal para tomar un respiro en la ruta.
Más adelante, en Bisjueces, visitaremos la iglesia de San Juan Bautista, templo renacentista sobre precedente románico, conocido por su portada profusamente decorada. El camino nos lleva después a Espinosa de los Monteros, villa de montaña cargada de historia y tradición, antes de adentrarnos en el Conjunto Kárstico de Ojo Guareña, uno de los mayores de Europa, donde se encuentra la ermita rupestre de San Bernabé, excavada en la roca y rodeada de naturaleza en estado puro.
Continuamos hasta Puentedey —el “Puente de Dios”—, pueblo que parece suspendido sobre un puente natural excavado por el río Nela, coronado por la iglesia románica de San Pelayo y un palacio señorial que dan cuerpo a su atmósfera medieval. Finalmente, cerraremos etapa en Arija, junto al embalse del Ebro, desde donde contemplar el agua al caer la tarde y recargar energías antes de nuevas jornadas.
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De las huellas de Castilla al clamor del Ebro.
Esta ruta atraviesa algunos de los rincones más singulares de Las Merindades, combinando historia, románico y naturaleza salvaje. Partimos desde Taranco de Mena, lugar donde, según fuentes tradicionales, aparece por primera vez el nombre “Castilla” en un documento atribuido al abad Vítulo (año 800) al fundar el Monasterio de San Emeterio. Antes de continuar, haremos parada en Villasana de Mena, con su casco urbano animado y rodeado de un espectacular paisaje de montañas.
La ruta prosigue hasta San Pantaleón de Losa, donde se alza la espectacular ermita románica de San Pantaleón, sobre un peñasco con forma de proa de barco, cuya consagración queda documentada en 1207 y que destaca por su portada, capiteles escultóricos y su ubicación panorámica. Seguiremos hacia Medina de Pomar, cuyo Alcázar de los Condestables y su casco medieval recuerdan la importancia histórica de la villa, y más adelante alcanzaremos Villarcayo, corazón administrativo de Las Merindades y punto de encuentro ideal para tomar un respiro en la ruta.
Más adelante, en Bisjueces, visitaremos la iglesia de San Juan Bautista, templo renacentista sobre precedente románico, conocido por su portada profusamente decorada. El camino nos lleva después a Espinosa de los Monteros, villa de montaña cargada de historia y tradición, antes de adentrarnos en el Conjunto Kárstico de Ojo Guareña, uno de los mayores de Europa, donde se encuentra la ermita rupestre de San Bernabé, excavada en la roca y rodeada de naturaleza en estado puro.
Continuamos hasta Puentedey —el “Puente de Dios”—, pueblo que parece suspendido sobre un puente natural excavado por el río Nela, coronado por la iglesia románica de San Pelayo y un palacio señorial que dan cuerpo a su atmósfera medieval. Finalmente, cerraremos etapa en Arija, junto al embalse del Ebro, desde donde contemplar el agua al caer la tarde y recargar energías antes de nuevas jornadas.
