Por Sedano en bicicleta. La ruta en la que se forjó la historia de amor de Miguel Delibes
Por Sedano en bicicleta. La ruta en la que se forjó la historia de amor de Miguel Delibes
La Ruta Aúpa, Delibes y la carrera MAX: el mejor legado del escritor más allá de su obra
Tres eran las grandes pasiones del autor de ‘Los santos inocentes’ y las tres lo traían hasta Sedano: naturaleza, ciclismo y Ángeles. Mantener viva la ruta que lo trajo pedaleando hasta este lugar que lo enamoró con sus cañones y cascadas, se hacía pues imperativo.
La ruta es conocida como ‘Aúpa, Delibes’ (2015) tras la iniciativa de varios cineastas y periodistas de recoger esta historia en un cortometraje que lleva el mismo nombre. Si bien, fue en agosto de 2010, tras la muerte de Delibes, cuando la legión de descendientes del escritor y su mujer realizó la ruta Sedano-Molledo, rindiendo homenaje así a la historia de amor de sus padres y abuelos. Comenzaba entonces la Carrera MAX: una prueba ciclista (no reconocida por la Unión Ciclista Internacional) que revive cada año a principios de agosto la experiencia que el Premio Cervantes relató en ‘Mi querida bicicleta’, donde narra su ruta a pedales hasta Sedano, donde le esperaba su querida Ángeles.
Hoy, los amantes de la naturaleza y el ciclismo pueden realizar esta ruta, que cruza en su tramo burgalés el impresionante Parque Natural de las Hoces del Alto Ebro y Rudrón, de dos maneras: por su cuenta (dificultad moderada) o inscribirse para participar en la MAX (su nombre responde al pseudónimo de Delibes en sus caricaturas. Su inicial, la de su esposa y la X por la incertidumbre del futuro) que incluye la posibilidad de hacer un tramo corto. Una oportunidad para vivir en primera persona esas tres grandes pasiones del novelista.
La eterna huella de Delibes en Sedano, el lugar que tocó su corazón
Y es que el escritor no tardó en enamorarse de la España rural atrapada en las inmediaciones de los cañones del río Ebro y el Rudrón donde los paisajes caen al vacío por rompientes de agua y roca, tan abruptos como abrigados de verde. La naturaleza aquí lo deja a uno sin aliento. Quizá por eso el escritor terminó haciendo hogar en Sedano, en una casona de piedra del siglo XVII que hoy atrae las miradas de muchos sabedores de la gran historia de amor de la que este lugar fue testigo. Junto a la casa familiar, una escultura de bronce del novelista, obra de Teodoro Ruiz.
Pero el agradecimiento de este pueblo burgalés a Delibes, por haberle dedicado tan hermosas palabras y emociones en muchas de sus obras, se manifiesta en otros puntos de Sedano como el Complejo Residencial Miguel Delibes, una de las sedes de la Universidad de Burgos y Centro de Interpretación de su vida y obra. En la biblioteca de Sedano, además, está recogida toda su obra y en sus salas se proyectan las películas que se han rodado adaptando sus novelas.
Asomarse a los cañones del Ebro y el Rudrón entre casas hidalgas, cascadas y dólmenes megalíticos
Al llegar a Sedano, punto de partida de la MAX, se intuye la solera burgalesa al otear en un alto rocoso la robusta mirada de la Iglesia de Santa María (1664), un templo de portada renacentista que llama la atención por su retablo barroco y sus capillas laterales con forma de concha jacobea. La Morenita, llaman a la virgen y, tras su templo, una necrópolis de origen medieval.
El dorado de las fachadas de las casonas de piedra y los escudos nobiliarios guían los pasos hasta el Palacio de la Torre de los Gallo (siglo XVI) y de allí, un paseo hasta el Barrio de los Lagos, por donde se puede admirar un hermoso salto de agua que se abre paso entre un puente medieval y un antiguo molino fluvial. A las casas de los Guevara, Huidobro, Arratia y Bustillo nunca sobra dedicarles tiempo.
Para aquellos que desean perderse más allá de Sedano, son muchas las rutas que parten del pueblo hacia destinos como Tubilla del Agua. Aquí se encuentra el dolmen megalítico de Valdemuriel y se puede además realizar una ruta circular que discurre por preciosos saltos de agua como la cascada de Santa Olalla, la de Fuentona y la de los Torcos, cuya belleza aumenta al llegar al mirador que permite encuadrarla junto al cañón del Rudrón. Otro lugar al que se puede llegar a pie es Covanera, cuyos cimientos cársticos la hacen objeto de todas las miradas con su Pozo Azul de aguas cristalinas, la puerta de entrada al mayor laberinto de cuevas subacuáticas de Europa (13 kilómetros).
Entre bosques de robles, encinas y pinares, se esconden también muy cerca de Valdelateja algunos templos antiguos como la ermita visigoda de las Santas Centola y Elena, conocidas como las dos mártires de Burgos. Dos santas de finales del siglo III que fueron martirizadas por los romanos por negarse a renunciar a su fe cristiana. A este lugar tan simbólico para la historia de los burgaleses, se accede por un sendero que atraviesa el pueblo abandonado de Siero. Una vez aquí, el tiempo se detiene para disfrutar de la mejor vista panorámica de los Cañones del Ebro y el Rudrón. Un paraíso hipnótico que enamoró a Delibes y es uno de los secretos mejor guardados al norte de Burgos.
Comparte
Más info
Te puede interesar
Por Sedano en bicicleta. La ruta en la que se forjó la historia de amor de Miguel Delibes
La Ruta Aúpa, Delibes y la carrera MAX: el mejor legado del escritor más allá de su obra
Tres eran las grandes pasiones del autor de ‘Los santos inocentes’ y las tres lo traían hasta Sedano: naturaleza, ciclismo y Ángeles. Mantener viva la ruta que lo trajo pedaleando hasta este lugar que lo enamoró con sus cañones y cascadas, se hacía pues imperativo.
La ruta es conocida como ‘Aúpa, Delibes’ (2015) tras la iniciativa de varios cineastas y periodistas de recoger esta historia en un cortometraje que lleva el mismo nombre. Si bien, fue en agosto de 2010, tras la muerte de Delibes, cuando la legión de descendientes del escritor y su mujer realizó la ruta Sedano-Molledo, rindiendo homenaje así a la historia de amor de sus padres y abuelos. Comenzaba entonces la Carrera MAX: una prueba ciclista (no reconocida por la Unión Ciclista Internacional) que revive cada año a principios de agosto la experiencia que el Premio Cervantes relató en ‘Mi querida bicicleta’, donde narra su ruta a pedales hasta Sedano, donde le esperaba su querida Ángeles.
Hoy, los amantes de la naturaleza y el ciclismo pueden realizar esta ruta, que cruza en su tramo burgalés el impresionante Parque Natural de las Hoces del Alto Ebro y Rudrón, de dos maneras: por su cuenta (dificultad moderada) o inscribirse para participar en la MAX (su nombre responde al pseudónimo de Delibes en sus caricaturas. Su inicial, la de su esposa y la X por la incertidumbre del futuro) que incluye la posibilidad de hacer un tramo corto. Una oportunidad para vivir en primera persona esas tres grandes pasiones del novelista.
La eterna huella de Delibes en Sedano, el lugar que tocó su corazón
Y es que el escritor no tardó en enamorarse de la España rural atrapada en las inmediaciones de los cañones del río Ebro y el Rudrón donde los paisajes caen al vacío por rompientes de agua y roca, tan abruptos como abrigados de verde. La naturaleza aquí lo deja a uno sin aliento. Quizá por eso el escritor terminó haciendo hogar en Sedano, en una casona de piedra del siglo XVII que hoy atrae las miradas de muchos sabedores de la gran historia de amor de la que este lugar fue testigo. Junto a la casa familiar, una escultura de bronce del novelista, obra de Teodoro Ruiz.
Pero el agradecimiento de este pueblo burgalés a Delibes, por haberle dedicado tan hermosas palabras y emociones en muchas de sus obras, se manifiesta en otros puntos de Sedano como el Complejo Residencial Miguel Delibes, una de las sedes de la Universidad de Burgos y Centro de Interpretación de su vida y obra. En la biblioteca de Sedano, además, está recogida toda su obra y en sus salas se proyectan las películas que se han rodado adaptando sus novelas.
Asomarse a los cañones del Ebro y el Rudrón entre casas hidalgas, cascadas y dólmenes megalíticos
Al llegar a Sedano, punto de partida de la MAX, se intuye la solera burgalesa al otear en un alto rocoso la robusta mirada de la Iglesia de Santa María (1664), un templo de portada renacentista que llama la atención por su retablo barroco y sus capillas laterales con forma de concha jacobea. La Morenita, llaman a la virgen y, tras su templo, una necrópolis de origen medieval.
El dorado de las fachadas de las casonas de piedra y los escudos nobiliarios guían los pasos hasta el Palacio de la Torre de los Gallo (siglo XVI) y de allí, un paseo hasta el Barrio de los Lagos, por donde se puede admirar un hermoso salto de agua que se abre paso entre un puente medieval y un antiguo molino fluvial. A las casas de los Guevara, Huidobro, Arratia y Bustillo nunca sobra dedicarles tiempo.
Para aquellos que desean perderse más allá de Sedano, son muchas las rutas que parten del pueblo hacia destinos como Tubilla del Agua. Aquí se encuentra el dolmen megalítico de Valdemuriel y se puede además realizar una ruta circular que discurre por preciosos saltos de agua como la cascada de Santa Olalla, la de Fuentona y la de los Torcos, cuya belleza aumenta al llegar al mirador que permite encuadrarla junto al cañón del Rudrón. Otro lugar al que se puede llegar a pie es Covanera, cuyos cimientos cársticos la hacen objeto de todas las miradas con su Pozo Azul de aguas cristalinas, la puerta de entrada al mayor laberinto de cuevas subacuáticas de Europa (13 kilómetros).
Entre bosques de robles, encinas y pinares, se esconden también muy cerca de Valdelateja algunos templos antiguos como la ermita visigoda de las Santas Centola y Elena, conocidas como las dos mártires de Burgos. Dos santas de finales del siglo III que fueron martirizadas por los romanos por negarse a renunciar a su fe cristiana. A este lugar tan simbólico para la historia de los burgaleses, se accede por un sendero que atraviesa el pueblo abandonado de Siero. Una vez aquí, el tiempo se detiene para disfrutar de la mejor vista panorámica de los Cañones del Ebro y el Rudrón. Un paraíso hipnótico que enamoró a Delibes y es uno de los secretos mejor guardados al norte de Burgos.