Palacio de los marqueses Cuevas de Velasco
Palacio de los marqueses Cuevas de Velasco
Este palacio de estilo barroco se terminó de construir a comienzos del siglo XVII. Perteneció a la familia Velasco, marquesado creado en 1680, siendo el primer marqués don Pedro de Velasco Bracamonte, ayo de don Juan, hijo bastardo de Felipe IV.
El palacio se presenta a los visitantes completamente cerrado con un cercado rematado con almenas y las armas de los Velasco sobre una Cruz de Santiago. El edificio es de planta rectangular con dos alturas. En su parte frontal la construcción es de sillar con tejado a cuatro aguas con pináculos.
Adosada al palacio está la capilla dedicada al apóstol Santiago, a cuya orden pertenecieron muchos de los miembros de esta familia. A pesar de que el conjunto del edificio es clasicista, la capilla se cubre con bóveda de crucería de estilo gótico. Hay que destacar igualmente el jardín, que otorga mayor distinción al edificio.
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De especial interés son los muebles de época y algunas interesantes obras artísticas que se conservan en su interior. Durante buena parte del siglo XX fue propiedad del escultor bilbaíno Quintín de Torre, del que quedan también muchos recuerdos y obras.
El palacio fue declarado Bien de Interés Cultural en 1991.
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Palacio de los marqueses Cuevas de Velasco
Este palacio de estilo barroco se terminó de construir a comienzos del siglo XVII. Perteneció a la familia Velasco, marquesado creado en 1680, siendo el primer marqués don Pedro de Velasco Bracamonte, ayo de don Juan, hijo bastardo de Felipe IV.
El palacio se presenta a los visitantes completamente cerrado con un cercado rematado con almenas y las armas de los Velasco sobre una Cruz de Santiago. El edificio es de planta rectangular con dos alturas. En su parte frontal la construcción es de sillar con tejado a cuatro aguas con pináculos.
Adosada al palacio está la capilla dedicada al apóstol Santiago, a cuya orden pertenecieron muchos de los miembros de esta familia. A pesar de que el conjunto del edificio es clasicista, la capilla se cubre con bóveda de crucería de estilo gótico. Hay que destacar igualmente el jardín, que otorga mayor distinción al edificio.
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De especial interés son los muebles de época y algunas interesantes obras artísticas que se conservan en su interior. Durante buena parte del siglo XX fue propiedad del escultor bilbaíno Quintín de Torre, del que quedan también muchos recuerdos y obras.
El palacio fue declarado Bien de Interés Cultural en 1991.