MORADILLO DE ROA: LA ‘ALDEA HOBBIT’ CON TANTOS HABITANTES COMO BODEGAS
MORADILLO DE ROA: LA ‘ALDEA HOBBIT’ CON TANTOS HABITANTES COMO BODEGAS
La historia de este pueblo de la Ribera del Duero burgalesa estaba condenada a desaparecer, pero en 2015 todo cambió gracias a un proyecto y las ganas de todos los vecinos. ‘El Cotarro’, un complejo etnográfico de 157 bodegas y 7 lagares, ha recuperado su esplendor atrayendo las miradas de turistas hasta esta ‘aldea hobbit’ en la que las bodegas son cuevas excavadas bajo el manto de un cerro. Un enoturismo único, premiado internacionalmente.
Que en la Ribera del Duero burgalesa se multipliquen las bodegas no es noticia, pero que un pueblo tenga casi las mismas bodegas (157) que habitantes (161) no deja de ser algo llamativo. Esto sucede en Moradillo de Roa, denominada por su peculiar belleza ‘la aldea hobbit de España’, y un lugar único y acogedor sobre el lado burgalés de la Ribera del Duero.
Escaparse a este rincón de la provincia de Burgos en tiempos de vendimia es algo especial. Según los datos del INE de 2022, por las calles de Moradillo de Roa caminan 161 vecinos, por lo que resulta encantador sentarse a conocer de primera mano cómo han conseguido escapar del olvido. Lo que empezó en 2015 con 300 euros para unos folletos, ha acabado recuperando buena parte del patrimonio vitivinícola de Moradillo de Roa (ahora hay unas 50 bodegas rehabilitadas) y cosechando reconocimientos como el Premio Patrimonio Europeo a la Conservación de Europa Nostra 2020.
Conocer la historia del Renacimiento de Moradillo de Roa gracias a sus bodegas es un plan de enoturismo de alto nivel, que combina la degustación de vinos de calidad, la visita a bodegas y lagares escondidos en un conjunto etnográfico inigualable y el descubrimiento de una aldea como no hay otra en España. La ‘aldea hobbit’ de Moradillo de Roa en la que el vino se hace en las entrañas de la tierra.
‘El Cotarro’: pasado, presente y futuro
Porque la tradición vitivinícola de Moradillo de Roa se remonta al siglo XV, cuando aprovechando las óptimas condiciones de la tierra para la viña, decidieron utilizar su particular orografía para excavar bodegas, lagares y cientos de galerías en las que almacenar el vino y trabajar la uva.
Entonces era costumbre, hoy se reconoce el arte extraordinario de elaborar vino en el mismo corazón que late bajo este rincón meridional de la provincia de Burgos. Eso es lo que hace único a Moradillo de Roa: su vino se hace en cuevas excavadas bajo lo que ellos llaman ‘El Cotarro’ y los visitantes, ‘aldea hobbit’: un cerro que dibuja el perfil del pueblo desde el que se otean los campos de cereal y las extensiones de viñedo. Un complejo bodeguero cubierto por el manto natural de ‘El Cotarro’ y coronado por la Iglesia de San Pedro, que estaba condenado a desaparecer.
Pero la sangre burgalesa es fuerte y en 2015 el Ayuntamiento puso en marcha un proyecto de recuperación, concienciación y mantenimiento de ‘El Cotarro’. El valor era incalculable: un conjunto etnográfico único de 18.000 metros cuadrados en el que se protegen 157 bodegas subterráneas y 7 lagares cueva. El enoturismo aquí es mucho más que vino. Es casi religión.
‘Reconstruir para vivir’ era el mantra y, con el compromiso de todos, dio sus frutos. En 2019 el patrimonio se abrió al público y el éxito desde entonces solo ha ido en aumento.
Vino El Cotarro y Cerveza de Vendimia para financiar la recuperación
Con la idea de completar la oferta enoturística y financiar la recuperación del patrimonio, Moradillo de Roa puso en marcha dos proyectos: el vino El Cotarro, que se elabora en un lagar tradicional de 1736 y la Cerveza de vendimia, que nació con el objetivo de aunar los productos de la tierra.
Todo tiene sabor burgalés y el sello de calidad que da su origen. La cebada procede de Fuentenebro y las uvas para elaborar el vino responden a un firme compromiso con esta tierra: el Tempranillo se cosecha en el Páramo de Corcos, en el mismo Moradillo de Roa y, el Albillo, variedad autóctona, se ha salvado de la desaparición gracias a iniciativas como esta. Son productos que reflejan el sentir de la tierra y maridan a la perfección con los embutidos típicos de la zona, el lechado asado o las chuletillas. Una propuesta enoturística que combina patrimonio, vino y gastronomía en un entorno único.
Experiencia enoturística desde las raíces de la Ribera del Duero
Venir a Moradillo de Roa es viajar 300 años atrás y tocar las entrañas de la tierra con la mano. Sentir las raíces del vino de la Ribera del Duero. Es aprender los métodos tradicionales de elaboración del vino; el recorrido de la uva desde el pisado y prensado en el lagar tradicional del Tío Santos (1744), hasta su subida al cotarro de bodegas y su guarda en la bodega subterránea El Bodegón (1861). El enoturismo aquí se vive de otra manera. Será la historia de lucha de ‘El Cotarro’ o será su paisaje bucólico en el que parecen vivir espíritus del bosque, pero el vino en este lugar deja otro poso.
Proyecto de recuperación premiado en numerosas ocasiones
El proyecto inicial con el que Moradillo de Roa pretendía despertar el interés de turistas sobre su patrimonio vitivinícola no iba más allá de 300 euros y unos folletos, pero la implicación de todos los vecinos hizo de esta iniciativa un proyecto ambicioso que ha recibido ya varios Premios como el Premio a la Mejor Iniciativa Enoturística Nacional 2016 de la Asociación Española de Ciudades del Vino (Acevin), el Premio a la Mejor Iniciativa Enoturística Nacional 2017 de APAPNIDICSUR o el Premio RENACIMIENTO 2017 a la Mejor Iniciativa Enoturística.
Un motivo de orgullo por el que seguir trabajando y que vino a completarse en 2020 con el Premio Patrimonio Europeo a la Conservación de Europa Nostra. Un reconocimiento en el que el jurado ha considerado que “este proyecto es un excelente ejemplo de respuesta al declive rural, un problema presente en toda Europa”, y ha valorado “la importancia de la colaboración vecinal en su ejecución y puesta en valor de un proyecto enoturístico que se integra en su paisaje, historia y territorio”.
Más información en https://bodegasdemoradillo.com/
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MORADILLO DE ROA: LA ‘ALDEA HOBBIT’ CON TANTOS HABITANTES COMO BODEGAS
La historia de este pueblo de la Ribera del Duero burgalesa estaba condenada a desaparecer, pero en 2015 todo cambió gracias a un proyecto y las ganas de todos los vecinos. ‘El Cotarro’, un complejo etnográfico de 157 bodegas y 7 lagares, ha recuperado su esplendor atrayendo las miradas de turistas hasta esta ‘aldea hobbit’ en la que las bodegas son cuevas excavadas bajo el manto de un cerro. Un enoturismo único, premiado internacionalmente.
Que en la Ribera del Duero burgalesa se multipliquen las bodegas no es noticia, pero que un pueblo tenga casi las mismas bodegas (157) que habitantes (161) no deja de ser algo llamativo. Esto sucede en Moradillo de Roa, denominada por su peculiar belleza ‘la aldea hobbit de España’, y un lugar único y acogedor sobre el lado burgalés de la Ribera del Duero.
Escaparse a este rincón de la provincia de Burgos en tiempos de vendimia es algo especial. Según los datos del INE de 2022, por las calles de Moradillo de Roa caminan 161 vecinos, por lo que resulta encantador sentarse a conocer de primera mano cómo han conseguido escapar del olvido. Lo que empezó en 2015 con 300 euros para unos folletos, ha acabado recuperando buena parte del patrimonio vitivinícola de Moradillo de Roa (ahora hay unas 50 bodegas rehabilitadas) y cosechando reconocimientos como el Premio Patrimonio Europeo a la Conservación de Europa Nostra 2020.
Conocer la historia del Renacimiento de Moradillo de Roa gracias a sus bodegas es un plan de enoturismo de alto nivel, que combina la degustación de vinos de calidad, la visita a bodegas y lagares escondidos en un conjunto etnográfico inigualable y el descubrimiento de una aldea como no hay otra en España. La ‘aldea hobbit’ de Moradillo de Roa en la que el vino se hace en las entrañas de la tierra.
‘El Cotarro’: pasado, presente y futuro
Porque la tradición vitivinícola de Moradillo de Roa se remonta al siglo XV, cuando aprovechando las óptimas condiciones de la tierra para la viña, decidieron utilizar su particular orografía para excavar bodegas, lagares y cientos de galerías en las que almacenar el vino y trabajar la uva.
Entonces era costumbre, hoy se reconoce el arte extraordinario de elaborar vino en el mismo corazón que late bajo este rincón meridional de la provincia de Burgos. Eso es lo que hace único a Moradillo de Roa: su vino se hace en cuevas excavadas bajo lo que ellos llaman ‘El Cotarro’ y los visitantes, ‘aldea hobbit’: un cerro que dibuja el perfil del pueblo desde el que se otean los campos de cereal y las extensiones de viñedo. Un complejo bodeguero cubierto por el manto natural de ‘El Cotarro’ y coronado por la Iglesia de San Pedro, que estaba condenado a desaparecer.
Pero la sangre burgalesa es fuerte y en 2015 el Ayuntamiento puso en marcha un proyecto de recuperación, concienciación y mantenimiento de ‘El Cotarro’. El valor era incalculable: un conjunto etnográfico único de 18.000 metros cuadrados en el que se protegen 157 bodegas subterráneas y 7 lagares cueva. El enoturismo aquí es mucho más que vino. Es casi religión.
‘Reconstruir para vivir’ era el mantra y, con el compromiso de todos, dio sus frutos. En 2019 el patrimonio se abrió al público y el éxito desde entonces solo ha ido en aumento.
Vino El Cotarro y Cerveza de Vendimia para financiar la recuperación
Con la idea de completar la oferta enoturística y financiar la recuperación del patrimonio, Moradillo de Roa puso en marcha dos proyectos: el vino El Cotarro, que se elabora en un lagar tradicional de 1736 y la Cerveza de vendimia, que nació con el objetivo de aunar los productos de la tierra.
Todo tiene sabor burgalés y el sello de calidad que da su origen. La cebada procede de Fuentenebro y las uvas para elaborar el vino responden a un firme compromiso con esta tierra: el Tempranillo se cosecha en el Páramo de Corcos, en el mismo Moradillo de Roa y, el Albillo, variedad autóctona, se ha salvado de la desaparición gracias a iniciativas como esta. Son productos que reflejan el sentir de la tierra y maridan a la perfección con los embutidos típicos de la zona, el lechado asado o las chuletillas. Una propuesta enoturística que combina patrimonio, vino y gastronomía en un entorno único.
Experiencia enoturística desde las raíces de la Ribera del Duero
Venir a Moradillo de Roa es viajar 300 años atrás y tocar las entrañas de la tierra con la mano. Sentir las raíces del vino de la Ribera del Duero. Es aprender los métodos tradicionales de elaboración del vino; el recorrido de la uva desde el pisado y prensado en el lagar tradicional del Tío Santos (1744), hasta su subida al cotarro de bodegas y su guarda en la bodega subterránea El Bodegón (1861). El enoturismo aquí se vive de otra manera. Será la historia de lucha de ‘El Cotarro’ o será su paisaje bucólico en el que parecen vivir espíritus del bosque, pero el vino en este lugar deja otro poso.
Proyecto de recuperación premiado en numerosas ocasiones
El proyecto inicial con el que Moradillo de Roa pretendía despertar el interés de turistas sobre su patrimonio vitivinícola no iba más allá de 300 euros y unos folletos, pero la implicación de todos los vecinos hizo de esta iniciativa un proyecto ambicioso que ha recibido ya varios Premios como el Premio a la Mejor Iniciativa Enoturística Nacional 2016 de la Asociación Española de Ciudades del Vino (Acevin), el Premio a la Mejor Iniciativa Enoturística Nacional 2017 de APAPNIDICSUR o el Premio RENACIMIENTO 2017 a la Mejor Iniciativa Enoturística.
Un motivo de orgullo por el que seguir trabajando y que vino a completarse en 2020 con el Premio Patrimonio Europeo a la Conservación de Europa Nostra. Un reconocimiento en el que el jurado ha considerado que “este proyecto es un excelente ejemplo de respuesta al declive rural, un problema presente en toda Europa”, y ha valorado “la importancia de la colaboración vecinal en su ejecución y puesta en valor de un proyecto enoturístico que se integra en su paisaje, historia y territorio”.
Más información en https://bodegasdemoradillo.com/