Ciudad de Frías
Ciudad de Frías
Con su castillo roquero en la parte más elevada y el caserío medieval apiñado y colgado del acantilado a sus pies, la localidad se ha ganado su puesto en la Asociación de Pueblos más bonitos de España.
Sobre un cerro desde el que se domina todo el territorio, se alza la inconfundible silueta de la de Frías. Esta localidad, que tiene el honor de ser la ciudad más pequeña de España (Juan II le otorgó dicho estatus en 1435) y es, sin duda, uno de los lugares más pintorescos de Castilla.
Su puente medieval sobre el Ebro, con el perfil del castillo y del caserío al fondo, ha constituido desde antiguo una de las señas de identidad de Frías.
Desde el castillo se goza de una inmejorable perspectiva de la villa y de casi todo el Valle de Tobalina. La primera mención al castillo de Frías, una de las fortalezas roqueras más espectaculares de Castilla, data del año 867, cuando estas tierras marcaban la frontera entre los dominios cristianos y musulmanes. El conjunto actual, sin embargo, es una mezcla de construcciones de los siglos XII al XVI, que tuvieron un uso militar hasta el final de la Guerra de la Independencia. El acceso se realizaba salvando un foso excavado en la roca, por un puente levadizo que daba acceso al patio de armas, bajo el cual se ubica un gran aljibe. En el muro sur se conservan varios ventanales con bellos capiteles románicos en los que aparecen talladas figuras de guerreros y animales mitológicos. Además de la original torre del homenaje, se pueden contemplar unos ventanales decorados con capiteles de estilo románico. Los restos más antiguos que se conservan son de finales del siglo XII y comienzos del XIII. Pero la mayor parte de lo conservado corresponde al siglo XV. Lo que hoy denominamos castillo es tan solo una parte de un sistema defensivo que incluía toda la parte alta de la ciudad, incluida la iglesia parroquial de San Vicente cuya portada portada románica fue vendida y actualmente se encuentra en el Museo de Claustros de Nueva York.
A los pies del castillo se sitúan las casas, apiñadas en torno a la calle mayor y a otras paralelas secundarias. La imagen de las casas colgadas sobre el precipicio, en la vertiente meridional del cerro, ha contribuido a hacer de este pueblo uno de los lugares más pintorescos de Castilla. El caserío se adapta perfectamente a la abrupta pendiente del cerro; no en vano algunas de las casas tienen alguna de sus paredes interiores labradas en roca viva. Dada su privilegiada ubicación, Frías no necesitó nunca construir una muralla continua; tan sólo se juzgó necesaria la defensa a lo largo de la calle del Mercado, entre la base de la torre principal del castillo y el final del peñasco. En este tramo se abrió la puerta de la Cadena, de la que aún hoy se conservan algunos restos.
Visita la Oficina de Turismo para recibir información detallada de la pequeña ciudad.
Durante la Fiesta del Capitán, que se celebra el fin de semana previo al día de San Juan, la localidad de Frías conmemora la época en la que los Condestables de Castilla trataron de tomar posesión de la villa (Siglo XV) y cómo el pueblo se organizó para impedirlo eligiendo a un capitán para la batalla defensiva. La fiesta ha sido declarada de Interés Turístico de Castilla y León.
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Ciudad de Frías
Con su castillo roquero en la parte más elevada y el caserío medieval apiñado y colgado del acantilado a sus pies, la localidad se ha ganado su puesto en la Asociación de Pueblos más bonitos de España.
Sobre un cerro desde el que se domina todo el territorio, se alza la inconfundible silueta de la de Frías. Esta localidad, que tiene el honor de ser la ciudad más pequeña de España (Juan II le otorgó dicho estatus en 1435) y es, sin duda, uno de los lugares más pintorescos de Castilla.
Su puente medieval sobre el Ebro, con el perfil del castillo y del caserío al fondo, ha constituido desde antiguo una de las señas de identidad de Frías.
Desde el castillo se goza de una inmejorable perspectiva de la villa y de casi todo el Valle de Tobalina. La primera mención al castillo de Frías, una de las fortalezas roqueras más espectaculares de Castilla, data del año 867, cuando estas tierras marcaban la frontera entre los dominios cristianos y musulmanes. El conjunto actual, sin embargo, es una mezcla de construcciones de los siglos XII al XVI, que tuvieron un uso militar hasta el final de la Guerra de la Independencia. El acceso se realizaba salvando un foso excavado en la roca, por un puente levadizo que daba acceso al patio de armas, bajo el cual se ubica un gran aljibe. En el muro sur se conservan varios ventanales con bellos capiteles románicos en los que aparecen talladas figuras de guerreros y animales mitológicos. Además de la original torre del homenaje, se pueden contemplar unos ventanales decorados con capiteles de estilo románico. Los restos más antiguos que se conservan son de finales del siglo XII y comienzos del XIII. Pero la mayor parte de lo conservado corresponde al siglo XV. Lo que hoy denominamos castillo es tan solo una parte de un sistema defensivo que incluía toda la parte alta de la ciudad, incluida la iglesia parroquial de San Vicente cuya portada portada románica fue vendida y actualmente se encuentra en el Museo de Claustros de Nueva York.
A los pies del castillo se sitúan las casas, apiñadas en torno a la calle mayor y a otras paralelas secundarias. La imagen de las casas colgadas sobre el precipicio, en la vertiente meridional del cerro, ha contribuido a hacer de este pueblo uno de los lugares más pintorescos de Castilla. El caserío se adapta perfectamente a la abrupta pendiente del cerro; no en vano algunas de las casas tienen alguna de sus paredes interiores labradas en roca viva. Dada su privilegiada ubicación, Frías no necesitó nunca construir una muralla continua; tan sólo se juzgó necesaria la defensa a lo largo de la calle del Mercado, entre la base de la torre principal del castillo y el final del peñasco. En este tramo se abrió la puerta de la Cadena, de la que aún hoy se conservan algunos restos.
Visita la Oficina de Turismo para recibir información detallada de la pequeña ciudad.
Durante la Fiesta del Capitán, que se celebra el fin de semana previo al día de San Juan, la localidad de Frías conmemora la época en la que los Condestables de Castilla trataron de tomar posesión de la villa (Siglo XV) y cómo el pueblo se organizó para impedirlo eligiendo a un capitán para la batalla defensiva. La fiesta ha sido declarada de Interés Turístico de Castilla y León.