Castillo y murallas de Santa Gadea del Cid
Castillo y murallas de Santa Gadea del Cid
El pequeño y pintoresco pueblo de Santa Gadea del Cid tuvo un importante papel defensivo en época medieval, cuyos vestigios podemos encontrar en los restos de su castillo y de sus murallas.
De las murallas hoy tan sólo se conservan algunos pequeños tramos que conforman los muros de varias viviendas.
Por la estructura del plano, se cree que estas murallas tuvieron un trazado triangular y que partían, como en la mayoría de los lugares, del castillo.
Quedan dos puertas bastante bien conservadas, aunque parece ser que hubo tres, cuyas funciones básicas eran, por un lado, la de permitir el control de entrada y salida de vecinos y visitantes, y, por otro, la de asegurar el cobro de los tributos que gravaban el tránsito de productos y la entrada de mercancías. De las dos puertas supervivientes, una se denomina de “Encima de la Villa”, en la que se situó la antigua cárcel, y la otra “Arco de la calle de Abajo o de las Eras”. Ambas están flanqueadas por torres, datan del siglo XV y presentan doble arco apuntado, saeteras y escudos borrados con las armas de los Padilla y Manrique.
El castillo actualmente en pie se sitúa en un montículo rocoso, desde el que se hace perfectamente visible el paso sobre el río Ebro.
Los restos conservados pertenecen al siglo XV y su construcción se atribuye a Pedro López Manrique aunque anteriormente hubo en el mismo lugar otra fortaleza, fechada en el siglo XI.
Aún queda en pie la torre del homenaje y parte de la cerca. Se levantaba sobre una planta muy irregular, alargada en sentido norte-sur. En el lado norte se encuentran dos grandes cubos huecos, con escasos vanos, que se asientan, al igual que los muros, sobre la roca viva. De la cerca tan sólo se conservan algunas pequeñas ruinas. En la ladera del extremo oriental se conserva una especie de pequeño pozo abovedado, que tal vez fuera el aljibe. En el centro del patio de armas, sobre una curiosa roca, se alza la torre del homenaje. Es el elemento más significativo de todo el conjunto. Se trata de un cuadrado de seis metros de lado. Para acceder al interior hay que atravesar una puerta con arco de medio punto, que se encuentra en el primer piso. Conserva una cubierta plana, sostenida por una bóveda con nervaduras góticas. En todo el conjunto predomina la mampostería.
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Castillo y murallas de Santa Gadea del Cid
El pequeño y pintoresco pueblo de Santa Gadea del Cid tuvo un importante papel defensivo en época medieval, cuyos vestigios podemos encontrar en los restos de su castillo y de sus murallas.
De las murallas hoy tan sólo se conservan algunos pequeños tramos que conforman los muros de varias viviendas.
Por la estructura del plano, se cree que estas murallas tuvieron un trazado triangular y que partían, como en la mayoría de los lugares, del castillo.
Quedan dos puertas bastante bien conservadas, aunque parece ser que hubo tres, cuyas funciones básicas eran, por un lado, la de permitir el control de entrada y salida de vecinos y visitantes, y, por otro, la de asegurar el cobro de los tributos que gravaban el tránsito de productos y la entrada de mercancías. De las dos puertas supervivientes, una se denomina de “Encima de la Villa”, en la que se situó la antigua cárcel, y la otra “Arco de la calle de Abajo o de las Eras”. Ambas están flanqueadas por torres, datan del siglo XV y presentan doble arco apuntado, saeteras y escudos borrados con las armas de los Padilla y Manrique.
El castillo actualmente en pie se sitúa en un montículo rocoso, desde el que se hace perfectamente visible el paso sobre el río Ebro.
Los restos conservados pertenecen al siglo XV y su construcción se atribuye a Pedro López Manrique aunque anteriormente hubo en el mismo lugar otra fortaleza, fechada en el siglo XI.
Aún queda en pie la torre del homenaje y parte de la cerca. Se levantaba sobre una planta muy irregular, alargada en sentido norte-sur. En el lado norte se encuentran dos grandes cubos huecos, con escasos vanos, que se asientan, al igual que los muros, sobre la roca viva. De la cerca tan sólo se conservan algunas pequeñas ruinas. En la ladera del extremo oriental se conserva una especie de pequeño pozo abovedado, que tal vez fuera el aljibe. En el centro del patio de armas, sobre una curiosa roca, se alza la torre del homenaje. Es el elemento más significativo de todo el conjunto. Se trata de un cuadrado de seis metros de lado. Para acceder al interior hay que atravesar una puerta con arco de medio punto, que se encuentra en el primer piso. Conserva una cubierta plana, sostenida por una bóveda con nervaduras góticas. En todo el conjunto predomina la mampostería.