El interés de esta ruta se centra en conocer el románico más interesante de la Ribera burgalesa, que aflora en el Valle del Esgueva, el cual se encuentra en la frontera norte de la comarca arandina.

Comenzamos la ruta en Oquillas, para continuar hacia Bahabón de Esgueva. Ambas poblaciones tienen templos con ábsides carácter sobrio, con columnas adosadas que se rematan en capitel. Seguimos el curso del río Esgueva para llegar a Santibáñez de Esgueva, con iglesia de arquillos lombardos y mayor número de columnas adosadas.

Tras pasar por Cabañes de Esgueva llegaremos a Terradillos de Esgueva. El ábside de su iglesia posee un tambor cilíndrico sin decoración, la iglesia posee otros elementos escultóricos destacados como son los canecillos, metopas y capiteles. En ellos se representan, sobre todo, temas alusivos al bestiario, la mayoría de los cuales tiene un carácter lascivo u obsceno, como ocurre con las sirenas de doble cola, los simios, sapos, exhibicionistas, máscaras, etc. Dichas representaciones pretenden condenar vicios tan frecuentes como la lujuria y la avaricia, pero también reflejan las ansias de esparcimiento de la sociedad rural de la época.

La Iglesia de Pinillos de Esgueva, al igual que la de Santibáñez, posee un ábside con arquillos lombardos y columnas adosadas.

Tras pasar por Villatuelda y Torresandino llegamos a Tórtoles de Esgueva, última localidad burgalesa del recorrido del río Esgueva.