Castillo de los Velasco o Torre-Fuerte de La Riba
Castillo de los Velasco o Torre-Fuerte de La Riba
En las afueras de Espinosa de Los Monteros se alza imponente este castillo que perteneció a la más importante familia de Las Merindades, los Velasco. Se construyó en la ribera del río Trueba entre finales del siglo XIV y mediados del siglo XV. Todavía presenta su esbelta torre, en la que destacan sus bien conservadas almenas y los restos de las caballerizas. También es conocido como Casa- Fuerte de La Riba.
Fue declarada Bien de Interés Cultural en 1949. En la actualidad se encuentra muy deteriorada.
A orillas del río Trueba, en las afueras de Espinosa de los Monteros, se encuentra el imponente castillo de los Velasco. En un paraje rodeado de chopos, todavía se distinguen a la perfección las almenas de su esbelta torre y los restos de una construcción secundaria, que en su día sirvió de caballeriza. Construido en los siglos XIV y XV, durante la Baja Edad Media, fue el baluarte de los Velasco en sus luchas con otros señores feudales de la comarca como los Salazar. Lo mandó edificar el primer conde de Haro, seguramente sobre los restos de una fortaleza anterior.
La torre es aproximadamente el doble de alta que de ancha y está construida con mampostería y sillarejo de buena calidad en los vanos. Al primer piso se asciende por un patín bien defendido con almenas y saeteras. Bajo él se encuentra una pequeña puerta que da acceso a la planta baja. Sobre la escalera hay dos ventanas enrejadas, por encima de las cuales se sitúan los blasones de los Velasco.
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Algo característico de este castillo fue la balconada de madera o cadalso, que servía para reforzar la defensa en caso de ataque. Aún son visibles los agujeros en los que se introducían las vigas de madera que la soportaban y la doble hilera de canes, que sujetaban el armazón y el techo de este artefacto.
El interior está vacío y, a medida que se asciende, los muros disminuyen de grosor. En los pisos superiores hay materiales de peor calidad y ventanas adinteladas o de medio punto, lo que nos lleva a pensar que se trata de un añadido posterior, seguramente del siglo XVI.
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Castillo de los Velasco o Torre-Fuerte de La Riba
En las afueras de Espinosa de Los Monteros se alza imponente este castillo que perteneció a la más importante familia de Las Merindades, los Velasco. Se construyó en la ribera del río Trueba entre finales del siglo XIV y mediados del siglo XV. Todavía presenta su esbelta torre, en la que destacan sus bien conservadas almenas y los restos de las caballerizas. También es conocido como Casa- Fuerte de La Riba.
Fue declarada Bien de Interés Cultural en 1949. En la actualidad se encuentra muy deteriorada.
A orillas del río Trueba, en las afueras de Espinosa de los Monteros, se encuentra el imponente castillo de los Velasco. En un paraje rodeado de chopos, todavía se distinguen a la perfección las almenas de su esbelta torre y los restos de una construcción secundaria, que en su día sirvió de caballeriza. Construido en los siglos XIV y XV, durante la Baja Edad Media, fue el baluarte de los Velasco en sus luchas con otros señores feudales de la comarca como los Salazar. Lo mandó edificar el primer conde de Haro, seguramente sobre los restos de una fortaleza anterior.
La torre es aproximadamente el doble de alta que de ancha y está construida con mampostería y sillarejo de buena calidad en los vanos. Al primer piso se asciende por un patín bien defendido con almenas y saeteras. Bajo él se encuentra una pequeña puerta que da acceso a la planta baja. Sobre la escalera hay dos ventanas enrejadas, por encima de las cuales se sitúan los blasones de los Velasco.
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Algo característico de este castillo fue la balconada de madera o cadalso, que servía para reforzar la defensa en caso de ataque. Aún son visibles los agujeros en los que se introducían las vigas de madera que la soportaban y la doble hilera de canes, que sujetaban el armazón y el techo de este artefacto.
El interior está vacío y, a medida que se asciende, los muros disminuyen de grosor. En los pisos superiores hay materiales de peor calidad y ventanas adinteladas o de medio punto, lo que nos lleva a pensar que se trata de un añadido posterior, seguramente del siglo XVI.