Ermita de la Purísima Concepción
Ermita de la Purísima Concepción
A las afueras de la Aldea de San Vicentejo, en el Condado de Treviño, se encuentra la ermita de la Purísima Concepción, una construcción extraña y original, que constituye una de las joyas del románico castellano.
Se trata de un edificio fechado en la segunda mitad del siglo XII, que destaca por la armoniosa distribución de los elementos arquitectónicos y decorativos, así como por su elegancia y belleza. Una inscripción del muro sur, próxima a la portada, aporta la fecha de construcción, el año 1162, y la advocación a San Vicente. Sus particularidades han hecho que se la incluyera dentro del románico alavés.
Su planta tiene una sola nave rematada por un hermoso ábside semicircular. Se trata de un edificio inacabado o que se finalizó sin tener en cuenta el proyecto inicial. El templo se comenzó con grandes pretensiones, tanto arquitectónicas como escultóricas, tal como se aprecia en el ábside. Sin embargo, en el avance de la construcción se observa el abandono de estos planteamientos para ser sustituidos por otros de mayor simpleza constructiva. El ábside quedó concluido siguiendo las líneas previstas. Se cubre con una bóveda de horno y está dividido en cinco tramos, con sus correspondientes arcadas apuntadas, separados por contrafuertes poligonales. En él se abren tres ventanas en los tres lienzos centrales, decoradas con arquivoltas que se apoyan directamente sobre jambas cuadrangulares. La parte superior está recorrida por una complicada arquería de arcos ciegos trilobulados. Cuenta con un amplio y variado repertorio decorativo en el que hay que destacar los motivos vegetales.
Comparte
Más info
La portada se encuentra en la parte más occidental del muro sur y fue construida en el momento de menor intensidad decorativa. Posee arquivoltas abocinadas protegidas por un tejadillo.
El interior presenta una nave de dos tramos, cubierta con bóveda de cañón apuntado que descansa en dos arcos fajones, apoyados en triples columnas, cilíndricas las laterales y poligonales las centrales. De los cuatro capiteles sobre los que descansan los arcos fajones tan solo dos están totalmente terminados.
En el tramo intermedio de la nave se abre un óculo que aporta una tenue iluminación al interior. En lo más alto del presbiterio hay igualmente un pequeño óculo que aporta una mínima luz al templo.
Te proponemos
Ermita de la Purísima Concepción
A las afueras de la Aldea de San Vicentejo, en el Condado de Treviño, se encuentra la ermita de la Purísima Concepción, una construcción extraña y original, que constituye una de las joyas del románico castellano.
Se trata de un edificio fechado en la segunda mitad del siglo XII, que destaca por la armoniosa distribución de los elementos arquitectónicos y decorativos, así como por su elegancia y belleza. Una inscripción del muro sur, próxima a la portada, aporta la fecha de construcción, el año 1162, y la advocación a San Vicente. Sus particularidades han hecho que se la incluyera dentro del románico alavés.
Su planta tiene una sola nave rematada por un hermoso ábside semicircular. Se trata de un edificio inacabado o que se finalizó sin tener en cuenta el proyecto inicial. El templo se comenzó con grandes pretensiones, tanto arquitectónicas como escultóricas, tal como se aprecia en el ábside. Sin embargo, en el avance de la construcción se observa el abandono de estos planteamientos para ser sustituidos por otros de mayor simpleza constructiva. El ábside quedó concluido siguiendo las líneas previstas. Se cubre con una bóveda de horno y está dividido en cinco tramos, con sus correspondientes arcadas apuntadas, separados por contrafuertes poligonales. En él se abren tres ventanas en los tres lienzos centrales, decoradas con arquivoltas que se apoyan directamente sobre jambas cuadrangulares. La parte superior está recorrida por una complicada arquería de arcos ciegos trilobulados. Cuenta con un amplio y variado repertorio decorativo en el que hay que destacar los motivos vegetales.
Más info
La portada se encuentra en la parte más occidental del muro sur y fue construida en el momento de menor intensidad decorativa. Posee arquivoltas abocinadas protegidas por un tejadillo.
El interior presenta una nave de dos tramos, cubierta con bóveda de cañón apuntado que descansa en dos arcos fajones, apoyados en triples columnas, cilíndricas las laterales y poligonales las centrales. De los cuatro capiteles sobre los que descansan los arcos fajones tan solo dos están totalmente terminados.
En el tramo intermedio de la nave se abre un óculo que aporta una tenue iluminación al interior. En lo más alto del presbiterio hay igualmente un pequeño óculo que aporta una mínima luz al templo.