Floración de los almendros en Poza de la Sal
Floración de los almendros en Poza de la Sal
El anuncio de la primavera
Justo en la transición entre el invierno y la primavera meteorológicos, a finales de febrero y principios de marzo, el entorno de Poza de la Sal se viste con el blanquecino manto de sus almendros en flor. Es una de las floraciones más bellas y conocidas —también la más temprana— de la provincia de Burgos, y en los últimos años se ha convertido en un referente turístico, cultural y comunitario de la comarca de La Bureba.
Un microclima muy especial
Desde siempre, el almendro (Prunus dulcis) ha sido una especie muy cultivada y valorada en Poza de la Sal. Sus habitantes, antaño tan ligados a la tierra, se dieron cuenta de que estos rústicos árboles se desarrollaban mucho mejor en una reducida área de apenas unos kilómetros cuadrados situada al sureste de la población, entre el caserío y el curso del río Homino.
Estas favorables condiciones, poco comunes en los alrededores, se debían a un particular microclima originado por la orientación hacia el sol y el parapeto del Castellar frente a los fríos vientos del norte.
Un proyecto medioambiental y turístico
La floración de los almendros está condicionada por las circunstancias meteorológicas de cada año. Sin embargo, por esas imprevisibles coincidencias del destino, casi siempre coincide con el 14 de marzo, aniversario del nacimiento en Poza de la Sal del recordado naturalista y divulgador Félix Rodríguez de la Fuente.
Miles y miles de árboles
En sus mejores tiempos, Poza de la Sal llegó a contar con casi siete mil almendros que, algunos años, producían alrededor de 200.000 kilos de almendras. La cosecha, de gran calidad, era muy demandada por los mayoristas que cada otoño llegaban puntualmente desde Cataluña y La Rioja. Tampoco debía de ser despreciable la venta de estos frutos secos —en este caso, de la variedad largueta— a los fabricantes de las célebres almendras garrapiñadas de la cercana Briviesca. Estos apreciados dulces comenzaron a elaborarse a mediados del siglo XIX y se hicieron famosos en toda España gracias a los trenes que paraban en la estación de la ciudad.
Por todo ello, el ayuntamiento y la oficina de turismo de la villa organizan una serie de actividades para que los visitantes disfruten al máximo de este singular espectáculo de la naturaleza.
LOCALIZACIÓN
Poza de la Sal se encuentra situada en el extremo noroccidental de La Bureba.
A la famosa villa salinera se llega desde Burgos por las carreteras B-V-5021 y BU-V-5103.
Desde allí, la ruta discurre por tranquilas carreteras bien señalizadas que permiten enlazar entre sí todos los enclaves visitados.
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El anuncio de la primavera
Justo en la transición entre el invierno y la primavera meteorológicos, a finales de febrero y principios de marzo, el entorno de Poza de la Sal se viste con el blanquecino manto de sus almendros en flor. Es una de las floraciones más bellas y conocidas —también la más temprana— de la provincia de Burgos, y en los últimos años se ha convertido en un referente turístico, cultural y comunitario de la comarca de La Bureba.
Un microclima muy especial
Desde siempre, el almendro (Prunus dulcis) ha sido una especie muy cultivada y valorada en Poza de la Sal. Sus habitantes, antaño tan ligados a la tierra, se dieron cuenta de que estos rústicos árboles se desarrollaban mucho mejor en una reducida área de apenas unos kilómetros cuadrados situada al sureste de la población, entre el caserío y el curso del río Homino.
Estas favorables condiciones, poco comunes en los alrededores, se debían a un particular microclima originado por la orientación hacia el sol y el parapeto del Castellar frente a los fríos vientos del norte.
Un proyecto medioambiental y turístico
La floración de los almendros está condicionada por las circunstancias meteorológicas de cada año. Sin embargo, por esas imprevisibles coincidencias del destino, casi siempre coincide con el 14 de marzo, aniversario del nacimiento en Poza de la Sal del recordado naturalista y divulgador Félix Rodríguez de la Fuente.
Miles y miles de árboles
En sus mejores tiempos, Poza de la Sal llegó a contar con casi siete mil almendros que, algunos años, producían alrededor de 200.000 kilos de almendras. La cosecha, de gran calidad, era muy demandada por los mayoristas que cada otoño llegaban puntualmente desde Cataluña y La Rioja. Tampoco debía de ser despreciable la venta de estos frutos secos —en este caso, de la variedad largueta— a los fabricantes de las célebres almendras garrapiñadas de la cercana Briviesca. Estos apreciados dulces comenzaron a elaborarse a mediados del siglo XIX y se hicieron famosos en toda España gracias a los trenes que paraban en la estación de la ciudad.
Por todo ello, el ayuntamiento y la oficina de turismo de la villa organizan una serie de actividades para que los visitantes disfruten al máximo de este singular espectáculo de la naturaleza.
LOCALIZACIÓN
Poza de la Sal se encuentra situada en el extremo noroccidental de La Bureba.
A la famosa villa salinera se llega desde Burgos por las carreteras B-V-5021 y BU-V-5103.
Desde allí, la ruta discurre por tranquilas carreteras bien señalizadas que permiten enlazar entre sí todos los enclaves visitados.
