Respirar aire fresco, contemplar la belleza de impresionantes paisajes y recorrer con tranquilidad pintorescos pueblos, así es el otoño en la Sierra de la Demanda-Pinares. Un destino único en Burgos donde combinar las actividades al aire libre con la oportunidad de explorar los orígenes del ser humano, antiguos monasterios y pueblos llenos de historia y encanto.

Grandes extensiones de frondosos bosques, imponentes montañas y un paraíso glaciar, así es Sierra de la Demanda-Pinares, un edén de naturaleza sorprendente en la provincia de Burgos. Este entorno de gran belleza es un destino ideal para oler el otoño, tocarlo, sentirlo, disfrutando de las múltiples actividades al aire libre que permite la zona y descubriendo curiosidades sobre estas tierras que vieron evolucionar al primer hombre europeo. El lugar donde huir de rutinas, refugiarse de urbes, cambiar cláxones por los ruidos de la naturaleza y abrazar árboles. Gran plan.

La Yecla, donde no llega el sol
El Parque Natural Sabinares del Arlanza – La Yecla esconde auténticos tesoros naturales que bien merecen ser descubiertos. Como el desfiladero que le da nombre, oculto entre las Peñas de Cervera.
El Desfiladero de Yecla ha sido moldeado durante años por el arroyo Cauce, que ha acabado por dibujar una estrecha y profunda garganta en los bancos de calizas. El recorrido, que alcanza los dos kilómetros, es espectacular de principio a fin y discurre entre saltos de agua, al abrigo de altas peñas que, en los puntos más estrechos, no dejan pasar la claridad del sol. En ocasiones las paredes de este paso abrupto se encuentran y el ancho del camino no llega a superar los dos metros. Puede recorrerse con facilidad en cualquier momento del año gracias a una serie de puentes y pasarelas colgantes. Una pequeña gran aventura que, para los más pequeños, alcanza cotas máximas de emoción.

Desfiladero de La Yecla.

Cánticos en Santo Domingo de Silos
Enclavado en un hermoso entorno natural se alza el monasterio benedictino de Santo Domingo de Silos. Fundado en el siglo XI, es famoso por su claustro monacal, considerado uno de los mejores ejemplos del románico a nivel mundial. En sus capiteles se pueden observar relieves hechos con una gran destreza artística que representan distintos temas. A la tranquilidad y la serenidad del monasterio le acompañan a diario los cantos gregorianos que se entonan en los oficios litúrgicos que se celebran cada día.
La visita al monasterio se puede completar con un recorrido por la villa silense, donde contrastan las antiguas casas de adobe de estilo medieval con las casonas de los nobles; o con un recorrido por el desfiladero de la Yecla, una estrecha garganta excavada por el arroyo del Cauce, que se puede recorrer a pie a través de unas pasarelas para disfrutar de impresionantes formaciones rocosas.

Escenario de spaghetti western
Por la Sierra de la Demanda también han pasado los vaqueros del lejano oeste, aunque en este caso, la historia es mucho más reciente. Y es que uno de los westerns más míticos del cine, ‘El bueno, el feo

y el malo’, de Sergio Leone, se rodó a los pies de la Peña del Carazo, en el suroeste de la Sierra de la Demanda. Uno de los escenarios que aún hoy se puede visitar es el Cementerio de San Hill, que las asociaciones de vecinos han recreado de nuevo para poner en valor los escenarios por los que pasaron Clint Eastwood, Eli Wallach, y Lee Van Cleef.

Cementerio de Sad Hill.

La cuna de Castilla
El río Arlanza ha sido mudo espectador de la excelencia de Castilla y enmarca grandes joyas patrimoniales. Como las ruinas del monasterio de San Pedro de Arlanza, uno de los centros monásticos más importantes del reino de Castilla (no en vano, ondea el apelativo de “cuna de Castilla”), fundado en el año 912. Enclavado en un bello paisaje, este monasterio benedictino pervive en semirruinas, formando una postal de excepcional belleza y una delicadeza sobrecogedora.
Declarado Monumento Histórico-Artístico en 1931, pórtico, bóveda, capiteles, frescos, arcos de medio punta y hasta una torre resisten, imponentes y majestuosos, a las inclemencias del tiempo en la localidad de Hortigüela, (a 45 km de la ciudad de Burgos). En la actualidad es posible ser privilegiado espectador de algunos de los eventos que acoge.

Ruinas del monasterio de San Pedro de Arlanza.

Huellas de dinosaurios
Hace millones de años habitaban en la provincia de Burgos los animales más grandes de la faz de la tierra: los dinosaurios. Su existencia sigue causando curiosidad y admiración y actualmente es posible contemplar las huellas que dejaron a su paso por estos territorios gracias a los diferentes yacimientos de huellas que se pueden encontrar en Mambrillas de Lara, Regumiel de la Sierra y Salas de los Infantes. Precisamente, en esta última se encuentra el Museo de Dinosaurios, donde se muestra una fascinante colección de fósiles y restos encontrados en la zona.

Senderismo en el Cañón del Río Lobos

Aficionados y expertos a las rutas de montañas encuentran en la Sierra de la Demanda la entrada a uno de los enclaves naturales más espectaculares del territorio, el Cañón del Río Lobos. La aventura empieza en Hontoria del Pinar, que sirve como puerta de entrada a este impresionante cañón de escarpadas paredes rocosas y grandes extensiones de bosque. La variedad de terrenos acoge una gran diversidad de flora y fauna, entre la que destacan las aves rapaces.
Además, entre los bellos parajes de sabinas, pinos y masas de piedra caliza, transcurren diversos senderos y rutas que permiten contemplar también vestigios de distintas épocas históricas.

Cañón del Río Lobos.

Lagunas glaciares
Uno de los tesoros naturales de la Sierra de la Demanda son las formaciones geológicas datadas en las últimas glaciaciones. Un paraíso de 6.860 hectáreas de belleza natural con una maravillosa peculiaridad: su singularidad geomorfológica, debido a sus formaciones de origen glaciar, causantes de su gran biodiversidad de flora y fauna. Un maravilloso lugar para respirar, huir, desconectar y volver a conectar, con numerosas opciones de rutas de senderismo para todos los niveles y edades.
Este increíble paisaje se abre entre picos que sobrepasan los 2.000 metros de altitud, dibujando un marco tan abrupto como sorprendente y sobrecogedor que alberga una serie de lagunas de origen glaciar con nombres como Negra, de la Cascada, Tejera, Larga, Pardilla, de los Patos o Brava.
La puerta de entrada a este parque natural es precisamente Neila, un pequeño pueblo de tradición ganadera, rodeado de prados y montañas, donde pastan vacas, ovejas, cabras y caballos.

Lagunas de Neila en invierno.

Tocar el cielo de Burgos
A 2.131 metros de altitud se halla el punto más elevado de la provincia de Burgos: el Pico de San Millán, una cima desde donde contemplar la panorámica más impresionante de los macizos y valles de la región. El imponente paisaje y el aire fresco de las altas montañas son la merecida recompensa a los distintos recorridos que permiten alcanzar la cumbre. Con desniveles exigentes, estas rutas requieren experiencia y una adecuada preparación para afrontar una intensa jornada de caminata.

Safari entre animales prehistóricos
A solo 9 kilómetros de Atapuerca, en Salgüero de Juarros se encuentra Paleolítico Vivo: un jeep safari fuera de lo común, pues permite viajar en el tiempo 10.000 años para descubrir especies animales y vegetales que compartieron territorio con nuestros ancestros.

Caballos de Przewalski en Paleolítico Vivo.

Se trata del primer Parque Pleistoceno con animales vivos de Europa, en el que bisontes europeos y caballos de Przewalski, ambas en peligro de extinción, uros y tarpanes, ya extintos, viven hoy en libertad en sus 250 hectáreas de parque, en un paisaje con una riqueza natural extraordinaria. Como parte de la experiencia también es posible adentrarse en el día a día de los habitantes de la Prehistoria, aprendiendo sus técnicas de caza y modos de vida en un pequeño poblado.

Visita a los antepasados en Atapuerca
Uno de los lugares del mundo más importantes para conocer la evolución humana está en la provincia de Burgos. Es el yacimiento de Atapuerca, donde se han encontrado restos humanos de más de 800.000 años de antigüedad, unos hallazgos que han permitido conocer más sobre la vida de los distintos tipos de homínidos a lo largo de la historia.

Excavaciones en Atapuerca.