Castillo de Lomana
Castillo de Lomana
En el Valle de Tobalina aparece vigilante este interesante castillo que perteneció a la familia Bonifaz. Se localiza exactamente en la cima del Alto de Lozares. Construido en el siglo XV, aunque han desaparecido las almenas, conserva su torre rectangular con planta baja y dos pisos. También destaca la belleza de sus ventanas.
En el Valle de Tobalina, sobre una loma de la que toma el nombre, se sitúa el pueblo de Lomana, vigilado en todo momento por su castillo y abrigado por los Montes Obarenes y la Sierra de Árcena. Las primeras referencias a este pueblo surgen en el cartulario de San Millán del año 872, donde aparece con el nombre de “Lombana”.
Al norte del pueblo se alza la elegante torre, mal atribuida durante siglos a la familia de los Velasco, por ser ellos quienes tenían la jurisdicción de estas tierras. La torre fue mandada construir en el siglo XV, en tiempos de Juan II, por Alonso Bonifaz, heredero del más famoso almirante castellano de toda la Edad Media: Ramón Bonifaz. En ningún caso la torre es anterior a 1446, año en que el rey Juan II donó Frías a los Velasco, ya Condes de Haro. Parece ser que entre los Bonifaz y los Velasco siempre hubo buena relación, por eso no encontraron dificultades para levantar su torre.
Más info
La torre tuvo almenas y, por tanto, más altura de la que hoy podemos observar. Se trata de una torre rectangular, aproximadamente el doble de larga que de ancha, con muros no muy gruesos, construidos con sillares y mampostería. Sus esquinas están flanqueadas por cubos macizos. Tiene planta baja y dos pisos, el primero de ellos, como en todos los castillos, fue la vivienda de los señores, siendo también el más lujoso. En él se abren vanos de arcos gótico-flamígeros: trebolados, mixtilíneos, etc. Estas ventanas se repiten en la planta más alta.
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Castillo de Lomana
En el Valle de Tobalina aparece vigilante este interesante castillo que perteneció a la familia Bonifaz. Se localiza exactamente en la cima del Alto de Lozares. Construido en el siglo XV, aunque han desaparecido las almenas, conserva su torre rectangular con planta baja y dos pisos. También destaca la belleza de sus ventanas.
En el Valle de Tobalina, sobre una loma de la que toma el nombre, se sitúa el pueblo de Lomana, vigilado en todo momento por su castillo y abrigado por los Montes Obarenes y la Sierra de Árcena. Las primeras referencias a este pueblo surgen en el cartulario de San Millán del año 872, donde aparece con el nombre de “Lombana”.
Al norte del pueblo se alza la elegante torre, mal atribuida durante siglos a la familia de los Velasco, por ser ellos quienes tenían la jurisdicción de estas tierras. La torre fue mandada construir en el siglo XV, en tiempos de Juan II, por Alonso Bonifaz, heredero del más famoso almirante castellano de toda la Edad Media: Ramón Bonifaz. En ningún caso la torre es anterior a 1446, año en que el rey Juan II donó Frías a los Velasco, ya Condes de Haro. Parece ser que entre los Bonifaz y los Velasco siempre hubo buena relación, por eso no encontraron dificultades para levantar su torre.
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La torre tuvo almenas y, por tanto, más altura de la que hoy podemos observar. Se trata de una torre rectangular, aproximadamente el doble de larga que de ancha, con muros no muy gruesos, construidos con sillares y mampostería. Sus esquinas están flanqueadas por cubos macizos. Tiene planta baja y dos pisos, el primero de ellos, como en todos los castillos, fue la vivienda de los señores, siendo también el más lujoso. En él se abren vanos de arcos gótico-flamígeros: trebolados, mixtilíneos, etc. Estas ventanas se repiten en la planta más alta.