Ruta del Conde Fernán González
Las tierras del Alfoz de Lara y de la ribera del Arlanza son las del Conde Fernán González, artífice de la independencia del Condado de Castilla. Este territorio posee un extraordinario patrimonio, rodeado de parajes naturales en los que se alternan las vastas llanuras con agrestes y amenos valles.
Ruta del Condado de Treviño
El Condado de Treviño, enclave burgalés circundado por la provincia de Álava, es un singular marco territorial que desde el año 1200, en tiempos de Alfonso VIII, pertenece al Reino de Castilla. Rebosante de atractivos naturales, arqueológicos, artísticos y verdadera encrucijada de caminos y vías naturales de comunicación, Treviño es una tierra que siempre acoge con hospitalidad a los viajeros.
Ruta del Canal de Castilla
El Canal de Castilla es una de las grandes construcciones de la ingeniería del siglo XVIII. Desde Alar del Rey, en tierras de Palencia y Burgos adelante, una red de canales llevaban hasta Medina de Rioseco y Valladolid las mercancías por este medio fluvial que tan importante papel jugó en la modernización del comercio castellano.
Ruta Bajo Arlazón y Campo Muño
El río Arlanzón riega una amplia vega antes de rendir en el Arlanza. Este corredor natural, básico en las comunicaciones hacia el interior de Castilla, nos permite descubrir villas históricas con un gran patrimonio, especialmente de arquitectura religiosa, como Pampliega o Los Balbases.
Ruta de viñedos y villas de la Ribera del Duero
En el oeste de la Ribera burgalesa encontraremos las mayores superficies dedicadas a viñedo y numerosas bodegas productoras de vino que pueden ser visitadas previa reserva. Los conjuntos monumentales de Gumiel de Izán, La Aguilera, Gumiel de Mercado, Sotillo de la Ribera, La Horra, Roa, Guzmán y Aranda de Duero serán los referentes culturales que acompañarán a la degustación del excelente vino de la Ribera del Duero, al que añadiremos el tradicional lechazo asado, excepcional tesoro gastronómico de estas tierras.
Ruta de Villarcayo, la Merindad de Castilla la Vieja y el Nela
Villarcayo es la capital histórica de las antiguas Merindades desde 1560 y, a su vez, cabeza de la Merindad de Castilla la Vieja, que es el territorio que recorre esta ruta en su mayor parte. Este espacio geográfico, configurado por los ríos Trema y Nela, alberga recuerdos de la más vieja Castilla, como la memoria de los jueces de Castilla, tradicionales pueblos con interesantes muestras de arquitectura popular y culta, el dinamismo de Villarcayo y bellos paisajes de sotos y
Ruta de Vallediego, Amaya y el Valle de Santibañez
Esta Ruta nos adentra en las tierras altas del oeste provincial, en contacto con las parameras de la Lora. El paisaje varía entre los vastos campos de cereal, las altas parameras de las Loras y la sorpresa de amenos valles como el del río Úrbel.
Ruta de Tierra de Pinares
La tierra de pinares y la subida a las espectaculares lagunas altas de Neila serán los principales elementos paisajísticos que encontraremos en esta ruta. Visitaremos las principales localidades serranas: Salas de los Infantes, Quintanar de la Sierra y Neila, y podremos acercarnos a alguna de las imponentes necrópolis altomedievales excavadas en la roca.
Ruta de Sedano y el Rudrón
Esta ruta nos permitirá conocer los pueblos de la antigua "Honor de Sedano", con excepcionales ejemplos de casonas y arquitectura popular, además de la impresionante iglesia románica de Moradillo de Sedano y varios ejemplares del conjunto dolménico de la Lora. Posteriormente recorreremos el desconocido cañón del Río Rudrón, con impactantes paisajes y no menos pintorescos pueblos.
Ruta de Santo Domingo de Silos, Carazo y Peña de Cervera
La histórica Peña de Carazo sirve de telón de fondo al inicio de esta ruta donde visitaremos Hacinas y Carazo. El modesto río Mataviejas, que nos acompañará en el resto del itinerario, forma un pintoresco desfiladero por el que llegaremos a la villa de Santo Domingo de Silos, situada entre las Peñas de Carazo y Cervera, que conserva en su monasterio dos joyas de la cultura universal: el claustro románico y el canto gregoriano de sus monjes. Merece la pena