Torre de Sarracín
El pueblo de Sarracín se encuentra a tan sólo 9,50 kilómetros de Burgos, siendo uno de los más antiguos de su alfoz. Al llegar al centro del pueblo y sobre un pequeño montículo se halla la torre de Sarracín. Se trata de una edificación de planta cuadrada, realizada en regular mampostería con una puerta de ingreso. Asimismo, se conservan una ventana geminada en el último piso y varias saeteras, que actualmente están tapiadas.
Torre de Pumarejo
La Torre de Pumarejo, también llamada La Casa de los Cubos, perteneció a la familia de los Porras, que fijaron su residencia en Espinosa. Data de la primera mitad del siglo XV, a pesar de que en su portada existe una inscripción del siglo XIV. Parece ser que esta inscripción se aprovechó de otro edificio. Su estado de conservación es bastante bueno.
Torre de Olmos de la Picaza
La Torre de Olmos de la Picaza se encuentra en la localidad del mismo nombre, en el término municipal burgalés de Villadiego. El origen de esta torre señorial no puede datarse con exactitud, aunque parece remontarse a los siglos XIV o XV, si bien aparecen referencias a la misma del siglo XIII. Fue adquirida en 1431 por el Conde de Haro, pasando a formar parte del mayorazgo de don Pedro Fernández de Velasco en 1458, y más tarde a don
Torre de Itero del Castillo
Esta torre tuvo como objetivo el control del paso sobre el puente de la localidad de Itero del Castillo
Torre de Espinosilla de San Bartolomé
La torre de sillería consta de tres plantas comunicadas por una escalera moderna de hierro y carece de almenas. En su base de planta cuadrada se abre un profundo pozo en el que había un molino.
Torre de Castrobarto
Sobre una estratégica colina en el municipio de Castrobarto (Las Merindades) se encuentran los restos de la torre que originariamente debió servir para controlar la importante vía comercial, que tras salvar el puerto de la Magdalena, se internaba en el valle de Mena. Posteriormente fue la casa de los Velasco.
Torre de Carazo
En el centro del triángulo que forman Santo Domingo de Silos, Carazo y Contreras se hallan los restos de lo que debió ser una impresionante fortaleza, cuya historia arranca en el siglo X. Únicamente quedan las ruinas de un cubo aislado al noreste y dos en el lado opuesto, unidos por un paramento del que se conserva buena parte, y otros dos al oeste, también conectados por un lienzo. En todos los restos conservados se empleó sillarejo con relleno de