De nuevo en la carretera, pasaremos por Quintanabaldo y, antes de llegar a Santelices, encontraremos varias obras del desmantelado ferrocarril Santander-Mediterráneo entre las que destaca el gran viaducto que cruza el río Nela. De Santelices se llega a Pedrosa de Valdeporres, capital de la Merindad de Valdeporres, rodeada al norte por los montes de la Engaña y Somo. Desde
aquí tomaremos la pequeña carretera que, pasando por San Martín de Porres, con torreón de los Velasco del siglo XVII y Rozas, llega hasta el túnel de la Engaña (el último tramo está sin asfaltar).

Comenzado en el año 1941, el túnel de la Engaña era la obra cumbre del ferrocarril Santander-Mediterráneo, al atravesar la Cordillera Cantábrica. Tiene una longitud de 6.976 metros y tiene su salida en el lugar de Yera, en el Valle del Pas. Nunca se llegaron a colocar los raíles debido al abandono de la línea.

Retornamos a Santelices desde donde podemos visitar Cidad de Valdeporres con las ruinas del bello castillo de los Porres. Dosante es la localidad donde se encontraban la línea del ferrocarril de vía estrecha de La Robla con un ramal del Santander-Mediterráneo pudiéndose contemplar la estación. Desde aquí podemos acercarnos a las montañesas localidades de Robredo de las Pueblas, Haedo de las Pueblas y Busnela, todas ellas con interesantes muestra de casas tradicionales de la zona; desde esta última localidad un sendero nos permite llegar a las fuentes del río Nela.

De nuevo en Santelices nos dirigiremos a Soncillo, capital y centro de servicios del Valle de Valdebezana con plaza mayor de inequívoco aire montañés. Desde el cercano pueblo de Villabáscones de Bezana parte el sendero que llega a la Cascada de las Pisas, uno de los más bellos parajes de las Merindades.

De Soncillo a Arija pasaremos por Virtus, pueblo de origen romano que conserva el denominado “castillo de Virtus” o casa fuerte de los Porras, del siglo XV, con cubos esquinales y ventanal ajimezado en la fachada con blasón de lises. Está rodeado por una muralla del siglo XVI reforzada con cubos angulares.

Arija, la población más importante de las que bordean el pantano del Ebro, posee una buena casa-ayuntamiento, antiguo palacio, y edificaciones de principios del siglo XX que nos recuerdan la pasada prosperidad de esta localidad cuando existía una fábrica de vidrio que aprovechaba las excelentes arenas que todavía hoy son transportadas a otras localidades para la fabricación de cristal. Existe un embarcadero y club naútico para la realización de actividades deportivas en el pantano así como buenas playas de arena. Frente a Arija, al otro lado del pantano, se encuentra el Balneario de Corconte con un bello complejo de edificios de principios del siglo XX, con excelentes aguas de propiedades curativas.

Desde Arija, 4 kilómetros nos separan de Santa Gadea, bello conjunto de arquitectura popular y base de excursiones para recorrer el Monte Hijedo, extensa masa forestal de roble.