Crujiente de queso con higos al ron
Fundimos el queso en la plancha formando círculos hasta que estén tostados. Ponemos los higos macerados al fuego como para hacer mermelada (se puede dejar en trozos o triturado, al gusto).
Postre del abuelo
Cortamos el queso con un grosor de 1 cm. poniendo por encima las nueces y a continuación la miel (poca cantidad). Acompañamos con una jarrita de miel por si alguien quiere añadir un poco más.
Olla podrida u olla del poderío
Uno de los guisos de cuchara más representativos y contundentes de la cocina tradicional burgalesa.
Crujiente de morcilla
Montamos un bocado con pan y crema de morcilla untada y freímos con abundante aceite de oliva. Luego lo decoramos con la mermelada, el huevo hilado y la crema de cebolla.
Morcilla frita con pimientos
La cortamos en rodajas de 1,5 a 2 cm. Y la freímos en aceite bien caliente y abundante (al menos la mitad del grosor de la morcilla). Una vez que la veamos crujiente, la ponemos sobre un papel absorbente
Sopa de setas con pan y pasas
Se sofríe el pan con el aceite de oliva. Añadimos luego las pasas picadas, las setas salteadas y el pimentón. A continuación incorporamos el fondo de carne, agua, sal y pimienta al gusto. Se deja hervir por espacio de 15 minutos.
Paletilla de lechazo a la miel
Ponemos las paletillas en un asador, con la miel, el aceite, el tomillo y agua. Lo cubrimos de papel de estraza y después, para cerrar bien todos los lados del asador, con papel de aluminio.
Lechazo asado
En una cazuela de barro se ponen los cuartos a mojo en agua ligeramente caliente durante 30 minutos. Después quitaremos el líquido. Sofreímos los ajos en el aceite y la manteca, echamos por encima el cordero.
Caracoles con nube de patata y berros
Lavamos los caracoles con sal gorda hasta que queden limpios (de 5 a 8 veces). En una cazuela, con agua fría cubriendo los caracoles, calentamos muy lentamente hasta que saquen el cuerpo y estén muertos (no subir el fuego en ningún momento).
Caracoles a la burgalesa
Lavamos los caracoles con sal gorda hasta que queden limpios (de 5 a 8 veces). En una cazuela, con agua fría cubriendo los caracoles, calentamos muy lentamente hasta que saquen el cuerpo y estén muertos (no subir el fuego en ningún momento).